RESUMEN

Este artículo lleva a cabo una comparación historiográfica de la literatura académica sobre los periodos de Frente Popular de Francia y España. En concreto, el formato elegido es el de explorar la producción bibliográfica sobre el Frente Popular francés desde la del caso español en busca de elementos comparativos que permitan contemplar la generada por este último con una mayor perspectiva. La actualidad del Frente Popular en la historiografía contemporánea española y los debates y controversias que acoge su estudio justifican esta investigación. El objetivo es no solo buscar las similitudes y diferencias en el modo como han sido historiados los dos episodios, sino también los condicionamientos que para su estudio y representación historiográfica han supuesto coordenadas más amplias como la duración y naturaleza de esos episodios, los enfoques utilizados, la evolución y ritmos con que ambas sociedades se han acercado a sus dos frentes populares o el papel que estos desempeñan en las polémicas y «guerras de memoria» en los dos países.

Palabras clave: Frentes populares; historiografía; historiografía comparada; Francia; España; antifascismo.

ABSTRACT

This article carries out a historiographical comparison of the academic literature dealing with the Popular Front periods of France and Spain. More specifically, this text aims exploring bibliographic production on the French Popular Front from the eyes of the Spanish case in search of comparative elements in order to contemplate the research generated by the latter with a greater perspective. The important role of the Popular Front in recent contemporary Spanish historiography and the debates and controversies that its study generates justify this research. The objective is not only to pay attention to the similarities and differences in the way in which the two episodes have been historically studied. This article also addresses how the study and historiographical representation of both periods have been conditioned by their different duration and nature, the approaches used while analyzing them, the evolution and rhythms with which French and Spanish societies have approached their two popular fronts, and the role they play in the polemics and “wars of memory” in both countries.

Keywords: Popular fronts; historiography; comparative historiography; France; Spain; anti-fascism.

Cómo citar este artículo / Citation: Ledesma, J. L. (2019). La historiografía y los frentes populares en Francia y España: una mirada comparada. Historia y Política, 41, 33-‍61. doi: https://doi.org/10.18042/hp.41.02

SUMARIO

  1. RESUMEN
  2. ABSTRACT
  3. I. UN PUNTO DE PARTIDA
  4. II. COMPARAR FRENTES POPULARES Y SUS HISTORIOGRAFÍAS
  5. III. SIMILITUDES, DIFERENCIAS Y TIEMPOS
  6. IV. PUNTO Y APARTE
  7. NOTAS
  8. Bibliografía

I. UN PUNTO DE PARTIDA[Subir]

En aquel París de 1936 había razones para el optimismo. Al son de los primeros pasos del Gobierno del Frente Popular, escribiría Simone de Beauvoir, la semana de cuarenta horas permitía que los sábados se llenaran de parejas en tándems y de grupos de jóvenes acampando: «Algo se había ganado y seguía siendo una conquista». Sin embargo, entonces llegaría «la guerra de España», esa «epopeya impresionante» que durante dos años y medio «dominó del todo nuestras vidas». Con ella, se instalaban nubarrones en el horizonte. Mientras la mitad de Francia que había votado por el Frente Popular se debatía sobre si intervenir o no en ayuda del Gobierno de Madrid, las derechas aplaudían cada victoria de las tropas rebeldes y su prensa se delectaba en las atrocidades que atribuía al «Frente crapular» español. Si la victoria electoral de febrero había nutrido su optimismo sobre la marcha de la República española, ahora la prensa de izquierdas dedicaba a esa guerra tanto espacio «como si se tratara de una cuestión francesa» y sabían que «ponía en juego nuestro propio porvenir»

De Beauvoir (

De Beauvoir, S. (1984) [1960]. La plenitud de la vida. Barcelona: Edhasa.

1984
): 241-‍242 y 244. Algo parecido, aunque con tono más escéptico, en Serge (

Serge, V. (2011) [1947]. Memorias de un revolucionario. Madrid: Veintisiete Letras.

2011
): 394-‍395 y 398-‍399.

‍[1]
.

Es solo uno de los muchos testimonios que pueden reflejar los vínculos y relaciones de tipo político y emocional entre lo que por entonces estaba sucediendo a ambos lados de los Pirineos. La evidencia se impone: la experiencia del periodo que con mayor o menor precisión se suele identificar con los Gobiernos del Frente Popular en cada uno de los dos países no se entiende plenamente sin echar la vista a la del otro. Es conocida la trascendencia que tuvo la política de confluencia de la izquierda francesa que se materializó en el Frente Popular en la conformación de la alianza electoral homónima en España, aunque a la postre las elecciones y el triunfo de esa coalición se produjeron antes en la península ibérica que en el Hexágono. Sabidas son también las diferencias de origen y naturaleza entre uno y otro caso. Y lo son asimismo la influencia que tuvieron en la marcha del Frente Popular galo la guerra española y las movilizaciones, pugnas políticas y fracturas que generó en Francia la decisión sobre si intervenir en esa guerra o no ‍[2].

Sin embargo, esa evidencia ha sido más dada por descontada que analizada del modo detenido que puede merecer. La exploración de esa cuestión ocupa un espacio más bien reducido en el estudio del periodo en los dos países. En el marco de dos historiografías que han producido tantos títulos como las que han abordado el «momento» Frente Popular a uno y otro lado de los Pirineos, la dimensión comparada entre ambos es tal vez uno de los pocos terrenos que quedan por desbrozar. Y el problema de ello no es solo que la bibliografía sobre ambos casos pueda estar desatendiendo esas relaciones cruzadas. Lo es también que hay en esa producción bibliográfica un relativo desconocimiento y descuido en cada país respecto de lo que se investiga en el otro.

En ese sentido, lo que este artículo se propone es someter a un ejercicio comparado la historiografía sobre el Frente Popular en Francia y España. Eso quiere decir que se prima el contraste entre los dos corpus bibliográficos, ambos ingentes, sobre cualquier pretensión de imposible exhaustividad y frente al peligro de limitar la comparación a una mera descripción de cada uno de ellos en paralelo. Supone también, en el marco de un monográfico sobre el caso español y dirigido a un público más familiarizado con él, que parezca lógico otorgar mayor espacio a la bibliografía que aborda el francés. E implica que lo que se hace aquí no es una comparación entre los dos frentes populares, algo que desde luego sería de indudable interés, sino un esbozo de comparación historiográfica entre la literatura generada alrededor del estudio de ambos. Lo que justifica este ejercicio es que el acercamiento a ambas literaturas podría contribuir a enriquecer los relatos que proponen sobre sus respectivos casos de estudio, o como poco a situarlos en una perspectiva más amplia que contrapese la tentación a construirlos en clave de singularización. Para empezar, aproximarlas haría más difícil que la literatura académica de uno y otro país transiten vías paralelas y sin apenas contacto. De igual modo, contribuiría a que ambas puedan poner en común agendas de trabajo, métodos, aparato conceptual, resultados y retos pendientes, al menos más de lo que hasta ahora se ha podido.

Y por último, es probable que una mirada así ayude a trascender el relativo solipsismo geográfico con el que, a despecho de lo que esto pueda tener de injusta generalización, estudiamos a menudo el 1936 español. La mayoría suscribiríamos hoy que la escritura de la historia será una aventura global o no será. Pero las condiciones en que nació y se ha institucionalizado la disciplina, al calor de la construcción de los Estados nacionales, y la existencia de estructuras de producción académica y cultural dependientes de instituciones y lógicas estatales hacen que tendamos a escribirla todavía desde y para ámbitos nacionales. Ese cierto ensimismamiento puede verse en el énfasis puesto en las claves internas de los fenómenos y en la preferencia por marcos territoriales y agendas de estudio de ámbito estatal. Pero aparece también en el hecho de que los relatos historiográficos se ven con frecuencia vehiculados, y en cierto modo lastrados, por las discusiones, polémicas, adhesiones y rivalidades que conforman toda comunidad erudita. De ellas podrá decirse a su vez que no les son ajenas las condiciones de reproducción de esta última, las formas de circulación de sus relatos, los recursos institucionales y de difusión con que cuenta, las expectativas del público y de los agentes sociales a los que se dirige o los marcos culturales e ideológicos que le rodean (y que contribuye a moldear) ‍[3]. Pero, para lo que aquí nos interesa, resulta importante destacar que, aunque no son solo condiciones propias de cada país, a menudo se perciben como tales y generan claves de lectura y controversias en buena medida nacionales que a su vez enmarañan las oportunidades de intercambio con las de otras latitudes.

Es por eso que la comparación aquí propuesta lo es entre la producción bibliográfica sobre ambos casos y no entre estos. No se trata de descubrir ningún Mediterráneo. Confrontar el trabajo de quienes analizan un objeto de estudio es una labor casi inherente a la literatura académica y a otras formas de producción de conocimiento. A menudo se hace de modo implícito, como es el caso de toda práctica historiográfica que, según señalara Marc Bloch, es siempre comparada aunque no sea consciente de ello. Pero se hace también de modo deliberado, para cotejar las distintas aproximaciones a un mismo tema, buscar lagunas, elaborar balances de su estudio o discutir los enfoques y categorías conceptuales empleados. Cuando se ha hecho con fenómenos importantes, la II Guerra Mundial y el fascismo pongamos por caso, el resultado sirve no solo para cartografiar panoramas bibliográficos inabarcables, sino también para identificar problemas y ángulos muertos, plantear preguntas y abrir nuevas vías desde las que buscar posibles respuestas ‍[4].

Eso sí, lo que podríamos llamar historiografía comparada —la que compara tradiciones, enfoques y corpus historiográficos— está lejos de ser una práctica asentada que siga criterios más o menos compartidos. Por un lado, hay una amplia panoplia de maneras de analizar la historiografía que están abiertas al contraste de sus fundamentos epistemológicos, coordenadas políticas, objetos de estudio y relatos. Las hay desde las propuestas más abstractas de la filosofía de la historia hasta las más específicas y empíricas de la historia de la historiografía. Pero esa misma variedad hace inviable encontrar intereses comunes o modelos y métodos que sirvan de guía. Por otro lado, al igual que ocurre con la historiografía tout court, la historia de la historiografía está aquejada aún de un excesivo «complejo de soledad»: en ella la comparación internacional «es todavía bastante rara», se suele ubicar las explicaciones dentro de contextos nacionales o se tiende a privilegiarlos sobre los factores de ámbito supraestatal. Tal vez por todo ello se trate de una estrategia utilizada de modo disperso. Sin embargo, hay razones para considerar que es no solo posible sino también necesaria, entre otras cosas para salir de la naturalización del ámbito del Estado nación como marco de análisis y para no perder de vista que parecidos procesos historiográficos pueden darse en distintos países y responder a cuestiones más amplias ‍[5]. Aunque de naturaleza muy liminar, este texto sería una pequeña contribución a esa estrategia.

II. COMPARAR FRENTES POPULARES Y SUS HISTORIOGRAFÍAS[Subir]

A finales de 2017, en el marco de unas jornadas organizadas por una universidad italiana, el evento acababa con una mesa-coloquio en la que participaban un italiano, un francés, un griego y un español. Aunque podría parecer el inicio de un chiste, la cosa era más seria porque se hablaba de los enfrentamientos y guerras civiles de que fueron escenario esos países entre 1936 y 1949. El debate posterior caminó hacia la cuestión de los orígenes, y el profesor galo, el reconocido contemporaneísta Olivier Wieviorka, se interesó mucho y planteó varias preguntas sobre el estudio del periodo anterior a nuestra guerra de 1936-‍1939.

Para empezar, le llamó la atención que, al contrario que en su país, donde el Frente Popular ha ocupado un lugar central en las representaciones historiográficas del Novecientos desde hace medio siglo, al sur de los Pirineos ha habido que esperar a los dos últimos lustros para algo parecido. Esa sería la primera diferencia entre una y otra historiografías. En el país vecino, el periodo ha atraído la investigación desde la década de 1960 y arroja como resultado una muy solvente producción que hace de él una de las páginas mejor conocidas del siglo xx francés. Mientras tanto, la primera mitad del 1936 español ha estado tradicionalmente constreñida y en cierto modo ahogada entre el conjunto de la II República en paz, a modo de un dramático epílogo, y la Guerra Civil que le siguió, como si se tratara de su mero preludio o incluso primer acto. Como resultado, ha sido plasmada demasiado a menudo como una página de esos años apasionante pero sin sustantividad propia, determinada por los periodos anterior y posterior y ensombrecida por el conflicto bélico iniciado en julio de ese año. Miradas y estudios sólidos no faltaban antes, pero no ha sido sino en los últimos diez años cuando se ha producido una reevaluación al alza de la relevancia y autonomía históricas de esa etapa y, como resultado, se ha producido una indudable problematización de buena parte de las cuestiones que la definen

Se pueden encontrar algunos balances en Ledesma (

Ledesma, J. L. (2010). De prólogo a espacio de debate: la etapa del Frente Popular y la historiografía. En M. Ballarín y J. L. Ledesma (eds.). La República del Frente Popular. Reformas, conflictos y conspiraciones (pp. 165-203). Zaragoza: Fundación Rey del Corral.

2010
y

Ledesma, J. L. (2013a). El núcleo duro de los años treinta: la historiografía reciente sobre el periodo del Frente Popular. Bulletin d’Histoire Contemporaine de l’Espagne, 48, 123-‍143.

2013a
), y por temas, aunque se refiere al conjunto del quinquenio republicano, en González y Ribagorda (

González Calleja E. y Ribagorda, Á. (eds.). (2017). Luces y sombras del 14 de abril. La historiografía sobre la Segunda República española. Madrid: Biblioteca Nueva.

2017
), por ejemplo González Calleja (

González Calleja, E. (2017). Tendencia y controversias de la historiografía sobre la política en la Segunda República. En E. González Calleja y Á. Ribagorda (eds.). Luces y sombras del 14 de abril. La historiografía sobre la Segunda República española (pp. 127-169). Madrid: Biblioteca Nueva. Disponible en: https://doi.org/10.4000/bhce.279.

2017
) y Sánchez Pérez (

Sánchez Pérez, F. (2017). Las izquierdas: enfoques y desenfoques historiográficos. En E. González Calleja y Á. Ribagorda (eds.). Luces y sombras del 14 de abril. La historiografía sobre la Segunda República española (pp. 201-252). Madrid: Biblioteca Nueva.

2017
). Para el caso francés, Wolikow (

Wolikow, S. (2016b) [2006]. El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía y actualidad de las investigaciones sobre el Frente Popular. Nuestra historia, 1, 11-‍23.

2016b
).

‍[6]
.

Ahora bien, a esa diferencia le acompañan otras dos. Por un lado, los últimos quince años registran no solo una aceleración del ritmo de producción de conocimiento sobre el Frente Popular español, sino también una paralela desaceleración en el caso francés. Dicho de otro modo, el aumento del interés por el Frente Popular en un país coincide con su aparente mengua en el otro. Resulta iluminador el contraste entre las reuniones científicas y publicaciones que se dieron en Francia en 2006, en torno al septuagésimo aniversario, y con ocasión del celebrado una década después. La primera de esas fechas supuso un incremento exponencial de publicaciones relevantes y albergó grandes congresos y coloquios, en particular los celebrados en Dijon, Nanterre y la Universidad de París I. Las obras colectivas que generaron resultan termómetros precisos de la solidez de la historiografía sobre el tema y de la renovación de los relatos que producen ‍[7]. Después, no obstante, como si el esfuerzo hubiera agotado las energías, la cadencia se aminora de forma muy acusada y así seguirá siendo hasta ahora. Con apenas un pequeño ramillete de obras importantes y sin las iniciativas colectivas de una década atrás, las conmemoraciones y actividades de 2016 no cambiarán ese panorama ‍[8]. El contraste no puede ser mayor con el caso español, en el que hasta 2006 había una amplísima literatura sobre el conjunto de la II República y la Guerra Civil, pero muy contados títulos centrados en el Frente Popular. Aquí, los congresos con sus correspondientes libros de actas, los monográficos de revista y los estudios significativos empezaron a proliferar precisamente a partir de ese mismo año 2006 —que aquí fue ante todo aniversario del inicio de la Guerra Civil— y recorren el resto de aquella década y lo que llevamos de la siguiente ‍[9]. Este monográfico muestra que ese impulso no se ha detenido.

Claro que esa segunda diferencia se desdobla en otra que resultaba la más llamativa para el profesor francés. Los debates que ha albergado el estudio del periodo han generado asimismo polémicas y cadenas de respuestas cruzadas en las que se han blandido con cierta alegría epítetos como «militante» y «revisionista». Discusiones que en ocasiones, ya sea en formatos académicos o en otros medios, han alcanzado cotas de aspereza y enfrentamiento dialéctico no siempre muy edificantes. No es este el lugar para recoger esa disputa ni aportaría demasiado al ejercicio que aquí se propone

Los términos del debate se pueden seguir, sin ánimo de exhaustividad, en Del Rey (

Del Rey, F. (2012). Revisionismos y anatemas. A vueltas con la II República. Historia Social, 72, 155-‍172.

2012
y

Del Rey, F. (2013). Mistificaciones y tabúes, o el difícil arte de la renovación historiográfica. Historia del Presente, 21, 145-‍159.

2013
); Ealham (

Ealham, Ch. (2013). The Emperor’s New Clothes: ‘Objectivity’ and Revisionism in Spanish History. Journal of Contemporary History, 48, 191-‍202. Disponible en: https://doi.org/10.1177/0022009412461776.

2013
), y varias de las contribuciones de Forcadell et al. (

Forcadell, C., Peiró, I. y Yusta, M. (eds.). (2015). El pasado en construcción: revisiones de la historia y revisionismos históricos en la historiografía contemporánea. Zaragoza: Institución Fernando el Católico.

2015
); y, de modo concreto sobre el periodo del Frente Popular, en el debate entre Ranzato (

Ranzato, G. (2013). ¿Es posible un auténtico debate historiográfico sobre la historia de la Segunda República y de la Guerra Civil? Historia del Presente, 22, 151-‍164.

2013
) y Ledesma (

Ledesma, J. L. (2013b). Acerca de los años treinta y sus debates. Historia del Presente, 22, 165-‍172.

2013b
) o en las muchas reacciones ante la reciente aparición de Álvarez y Villa (

Álvarez Tardío, M. y Villa García, R. (2017). 1936, fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular. Madrid: Espasa.

2017
), sobre todo Moradiellos (

Moradiellos, E. (2017). Las elecciones generales de febrero de 1936: una reconsideración historiográfica. Revista de Libros, 192. Disponible en https://bit.ly/2RZb7YT.

2017
); González y Sánchez (

González Calleja, E. y Sánchez Pérez, F. (2018). Revisando el revisionismo. A propósito del libro 1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular. Historia Contemporánea, 58, 851-‍881. Disponible en: https://doi.org/10.1387/hc.19831.

2018
), y Valero Gómez (

Valero Gómez, S. (2018). ¿Nihil novum sub sole? En torno a la Segunda República y el Frente Popular. Historia del Presente, 31, 99-‍112.

2018
).

‍[10]
. Bastará con señalar que parece significativa en varios aspectos. En particular, se antoja muy revelador que, al contrario de lo que pasara en la primera década de este siglo, querellas así ya no surjan solo en la representación de la Guerra Civil y de sus violencias. Sea por un relativo agotamiento del debate historiográfico sobre esto último —fruto a su vez de algún tipo de acuerdo o quizá antes bien por la imposibilidad de lograrlo a corto plazo— o porque el interés de la agenda académica y pública se ha desplazado hacia la República y lo que tiene de antecedente o contraste para la democracia instaurada en 1978, esas polémicas se relacionan con los años que precedieron a la guerra. Y no menos interesante es que, dentro del quinquenio republicano, tienda a acapararlas su último tramo, que conocemos como etapa del Frente Popular. Sea como fuere, no parece haber nada parecido en la literatura actual sobre su equivalente francés y podría estar ocurriendo que los énfasis y cariz de esas discusiones rebajen las condiciones de posibilidad de intercambio entre la investigación sobre uno y otro país.

A la hora de dar cuenta de esas diferencias, podría recurrirse a causas coyunturales, a cuestiones azarosas o a la mera adición de factores diversos. Pero sería asimismo posible explorar otros vectores. Es ahí donde puede tener sentido la mirada comparada que quiere guiar estas páginas. Para empezar, un primer paso podría ser atender precisamente a lo que hay de comparación en el estudio de ambos casos. Historiar un fenómeno transnacional como este sin atender al vector internacional o al contraste entre las experiencias de los diferentes territorios resultaría poco efectivo. En efecto, su estudio ha atendido al marco político y social europeo en el que se inscriben. Así, ha sido inevitable subrayar el papel desempeñado por Moscú a la hora de promover la unidad estratégica con socialistas y formaciones de izquierda burguesa. Luego, eso sí, habrá discrepancias al atribuir más peso en ese brusco viraje de la Comintern a lo que tenía de respuesta al ascenso de los fascismos, a los cálculos de Stalin en clave de seguridad de la URSS o a la manida tesis de los frentes populares como caballos de Troya comunistas

Droz (

Droz, J. (2001) [1984]. Histoire de l’antifascisme en Europe, 1929-‍1939. Paris: La Découverte.

2001
): 13-‍21; Wolikow (

Wolikow, S. (2010). L’Internationale communiste (1913-‍1943): le Komintern ou le rêve déchu du parti mondial de la revolution. Ivry-sur-Seine: Éditions de l’Atelier.

2010
): 87-‍102 y 172 y ss., y el caso español en Elorza y Bizcarrondo (

Elorza, A. y Bizcarrondo, M. (1999). Queridos camaradas. La Internacional Comunista y España. 1919-‍1939. Barcelona: Planeta.

1999
): 209-‍288, y en la mayoría de contribuciones de Agosti et al. (

Agosti, A., Wolikow, S., Ruiz González, D., Bizcarrondo, M., Tuñón de Lara, M., Juliá, S., Vinyes, R., Serrano, C., Maurice, J., Spriano, P., Claudín. P. y Neugebauer, W. (1981). Coloquio sobre el Frente Popular y España. Estudios de Historia Social, 16-17, 50-‍193.

1981
). La tesis del caballo de Troya, con los partidos comunistas como «marionetas» de Moscú, en Payne (

Payne, S. G. (2003). Unión Soviética, comunismo y revolución en España (1931-‍1939). Barcelona: Plaza y Janés.

2003
): 82-‍108. Para España véase Sánchez Pérez (

Sánchez Pérez, F. (2017). Las izquierdas: enfoques y desenfoques historiográficos. En E. González Calleja y Á. Ribagorda (eds.). Luces y sombras del 14 de abril. La historiografía sobre la Segunda República española (pp. 201-252). Madrid: Biblioteca Nueva.

2017
): 241-‍244, y Hernández Sánchez (

Hernández Sánchez, F. (2013). Con el cuchillo entre los dientes: el mito del «peligro comunista» en España en julio de 1936. En F. Sánchez (ed.). Los mitos del 18 de julio (pp. 275-290). Barcelona: Crítica.

2013
): 281-‍287 o, para el británico, algunas contribuciones de Fyrth (

Fyrth, J. (ed.). (1985). Britain Fascism and the Popular Front. London: Lawrence and Wishart.

1985
) y sobre todo Blaazer (

Blaazer, D. (2002). The Popular Front and the progressive tradition: socialists, liberals, and the quest for unity, 1884-‍1939. Cambridge: Cambridge University Press.

2002
).

‍[11]
. De igual modo, la mayoría de los estudios completan en mayor o menor medida el terreno de juego con las consecuencias de la crisis económica estallada en Wall Street en 1929, la llegada de los nazis al poder en Alemania y luego en Austria o la falta de respuesta clara por parte de la socialdemocracia ante todo lo anterior ‍[12]. Además, y frente al énfasis que con frecuencia se ha hecho en ver los frentes populares como estrategias partidistas, coaliciones gubernamentales y políticas de gobierno, una parte de la literatura reciente los caracteriza en un sentido más amplio que, como veremos más adelante, los enmarca en el estudio del antifascismo: el de una cultura política, un imaginario y una economía moral forjados en el marco de la crisis de los años treinta que estarían basados en ideales y gramáticas «de pueblo» —no solo de clase— como la defensa de la democracia y un patriotismo de corte más o menos interclasista, y comprometidos en el medio y largo plazo con proyectos de reconfiguración de las relaciones entre Estado, política y sociedad como los que se ensayaron en las democracias liberales con fuerte contenido social de la segunda posguerra mundial europea ‍[13].

En un sentido más concreto, se cuenta además con algunas iniciativas colectivas que reúnen investigaciones sobre las distintas estrategias y experiencias de frente popular y que tratan de trazar sus grandes líneas comunes ‍[14]. De manera más específica, no faltan las obras colectivas que reunieron estudios sectoriales sobre los casos francés y español ni investigaciones que compararon explícitamente una dimensión de ambos países, como las actitudes y estrategias de resistencia al trabajo por parte de los trabajadores de París y Barcelona en 1936 ‍[15]. Sin embargo, en este cuadro hay al menos tantas sombras, o mejor dicho lagunas, como luces: es así fácil apercibirse de que hay más atención al vector del contexto internacional que comparación; y, respecto de esta última, no se trata de una nómina prolija de trabajos y en ella abundan más los que tienen ya unos años que los recientes, las obras elaboradas fuera más que las producidas en los dos países estudiados, y los volúmenes que reúnen distintas aproximaciones más que las monografías.

Cierto es que cabría referirse también a investigaciones sectoriales sobre el caso español que utilizan el contraste con los procesos paralelos que se producen en su vecino del norte ‍[16]. Y podría añadirse, como se decía más arriba, que la relación entre los dos casos es bien conocida. En particular, el estudio del Frente Popular español ha contrastado sus orígenes y naturaleza con el precedente francés. Como este, nunca habría sido una estructura ni un acuerdo orgánico y le acompañó una movilización popular. Pero en el caso ibérico habría tenido un desarrollo político menor —solo un acuerdo electoral— y ni la iniciativa ni la hegemonía política habrían sido de los socialistas y mucho menos de los comunistas. Dicho de otro modo, y frente a lo establecido por Dimitrov en 1935, la secuencia de su creación no fue «la creación de un extenso frente popular antifascista sobre la base del frente único proletario» previo, sino el contacto entre republicanos y socialistas y el añadido posterior de otros partidos obreros ‍[17].

En ese sentido, puede ser que una de las razones para no atender más a las dimensiones internacionales sea superar y refutar la obsesión en el vector moscovita por parte de las lecturas más anticomunistas, coetáneas a los hechos y posteriores. Frente a estas, una amplia literatura muestra que las estrategias unitaristas tienen una génesis en lo esencial interna y que siguen abundantes precedentes de conjunciones republicano-socialistas. Más aún, el estudio del caso francés, adonde antes llegó la unidad de acción, revela que su forja no se hace en términos de lucha de clases, sino en los de «defensa republicana» y petición de «pan, paz y libertad», y que pudo ser no tanto consecuencia cuanto causa del viraje de la Comintern. La cronología apuntaría en esa dirección. Todo empezaba apenas seis días después de la demostración de fuerza de la extrema derecha del 6 de febrero de 1934, con las masivas manifestaciones del día 12 contra el peligro fascista. Y lo hacía además en buena medida al margen de las cúpulas de los partidos obreros, entre las que había todavía más rivalidades que ánimos de convergencia, e incluso contra ellas, como cuando, en las manifestaciones de ese día 12, socialistas y comunistas de base desfilaban gritándoles «¡Unidad! ¡Unidad!» ‍[18].

Sin embargo, todo eso no parece suficiente como para desmentir la impresión inicial: la bibliografía disponible sobre los dos casos se centra con preferencia en sus dimensiones «nacionales». Cuando ha abordado las claves exógenas, el interés se lo han llevado casi en exclusiva los orígenes de la estrategia frentepopulista. Y allí donde ha buscado elementos comparativos, lo ha hecho en una dirección, la de mirar desde el caso español al francés y casi nunca al revés ‍[19]. En general, puede concluirse que la producción bibliográfica sobre cada uno de los dos casos, sobre todo pero no únicamente la francesa, no sigue lo que hace la dedicada al otro. Solo así puede entenderse por ejemplo la paradoja de que la no intervención en la guerra de 1936, «nacida de una iniciativa francesa, haya quedado en un ángulo muerto de la investigación histórica en Francia»; que uno de los importantes volúmenes colectivos del septuagésimo aniversario de 1936 arranque reconociendo que la comparación internacional está «poco desarrollada» y que esa misma obra incluya un breve capítulo sobre el caso de Bélgica pero no aparezca el español; o que la otra gran obra coral incluya capítulos sobre los frentes populares y sectores antifascistas exiliados de Alemania, Europa septentrional, Portugal, Italia y Vietnam, mientras que el caso español debe compartir el suyo con el de Chile ‍[20].

Un segundo elemento a tener en cuenta al poner ambas historiografías frente a frente, por lo demás muy obvio, es la relativa brevedad del momento del Frente Popular ibérico comparado con el de su vecino septentrional. Tal cosa podría haber influido en su menor y más tardía consideración como periodo sustantivo en sí mismo. Claro que eso conduce a su vez a la problemática delimitación de uno y otro frentes populares. La cronología clásica hace coincidir el galo con los Gobiernos socialista-radicales de Blum y Chautemps desde las elecciones de mayo de 1936 hasta abril del 38. Sin embargo, por un lado, desde el punto de vista de los imaginarios políticos hay una identificación más enraizada que lo asocia al primer gabinete (hasta junio de 1937) y sobre todo a los meses de movilización social, euforia e implementación de las primeras grandes reformas del año 1936

Wolikow (

Wolikow, S. (2016a). 1936, Le monde du Front populaire. Paris: Le Cherche Midi.

2016a
): 7 y 23. Revelador en ese sentido es que este mismo libro, aunque cubre todo el tracto 1934-‍1938, se titula 1936, le monde du Front populaire.

‍[21]
. Y por otro lado, apuntábamos antes que periodizaciones alternativas hacen retroceder sus orígenes hasta febrero de 1934. De hecho, hace ya medio siglo que se planteó que esa fecha «marca el nacimiento del Frente Popular en las masas, si es que no lo hace también entre los políticos», porque ahí está ya todo lo que define al Frente Popular: la unidad de acción entre socialistas y comunistas, la apertura a las clases medias, la defensa de las libertades y la sombra amenazadora del fascismo ‍[22].

Por su parte, también el caso español plantea algún dilema. Según uno de sus primeros estudiosos, la iniciativa y hegemonía de los republicanos hace que lo que nacía el 15 de enero de 1936, triunfaba en las elecciones de febrero y accedía al Gobierno no fuera exactamente un Frente Popular, y este solo tomaba cuerpo realmente, avanzada ya la Guerra Civil, bajo el gobierno Negrín ‍[23]. Otros autores, al estudiarlo, dirigen su mirada a la guerra y subrayan que la «marca» Frente Popular dejó de ser utilizada como fórmula política y seña de identidad al inicio de la contienda y cómo fue recuperada después por el PCE desde el verano de 1937 y explotada desde la primavera de 1938 por el Gobierno de unidad nacional como elemento de movilización y arma de control político para el esfuerzo bélico ‍[24]. La propia denominación de Frente Popular era objeto de apropiaciones políticas y un instrumento de legitimación política ‍[25]. Desde ese punto de vista, era una de las muchas formas de pugna por la definición de los criterios políticos a través de símbolos, imágenes y otros dispositivos culturales de producción de significados que presenció la Europa de entreguerras ‍[26]. Sin embargo, todo eso, que sería más preciso, ha pesado menos que la tradicional identificación del Frente Popular español con el periodo que media entre la victoria electoral de febrero y el inicio de la Guerra Civil. La inmensa mayoría de las monografías y libros de memorias, y no digamos las síntesis, manuales escolares y otras formas de divulgación, utilizan esa expresión para nombrar la primera mitad de 1936, hasta el punto de que otra cosa genera confusiones incluso en el gremio historiográfico. Por eso, y porque ofrece más posibilidades comparativas con el Frente Popular francés un periodo como ese que el de la República de 1937-‍1938, en plena Guerra Civil, es en lo esencial el estudio sobre los cinco meses anteriores a esa contienda lo que examinamos aquí y contrastamos con el caso galo.

III. SIMILITUDES, DIFERENCIAS Y TIEMPOS[Subir]

De modo que la relativa ausencia de comparación entre el estudio de los casos español y francés y la dificultad a la hora de acotarlos temporalmente serían dos primeras semejanzas entre sus respectivas historiografías. Desde luego, distan de ser las únicas, y no puede sorprender que así sea. Por un lado, se estudian desde dos comunidades académicas vecinas que comparten intereses, mecanismos de institucionalización y modos epistémicos con sus correspondientes «estilos de pensamiento», habitus disciplinarios y esquemas de validación (o entre las que hay circulación y transferencias en una dirección, desde la francesa, con un mayor capital simbólico que la española) ‍[27]. Y, por otro, los dos casos objeto de estudio son coetáneos y se ubican en países colindantes. Además de sus influencias recíprocas, los dos frentes populares comparten un sinfín de coordenadas que invitan a similares claves de lectura. Ambos casos representan respuestas parecidas a los problemas del momento (ascenso de los fascismos europeos y autóctonos, profundas brechas y pugnas en torno a la legitimidad de las democracias liberales, intensa movilización social) y a cómo eso se traducía, o así se interpretaba, en términos de crisis de gobernabilidad de ambas repúblicas y amenazas de involución o revolución del orden social.

En ese sentido, resulta oportuno cualquier intento de enmarcar su estudio, como el del conjunto de la II República española y la última década de la III francesa, en el contexto de medio plazo de quiebra de las democracias, «brutalización» de la política y «guerra civil europea» de la Europa de entreguerras ‍[28]. No menos adecuado resulta insertar su estudio en la problemática del antifascismo. Esto conduce a un terreno pantanoso, por la difícil definición del fenómeno y porque es pasto de relatos, heroicos unos y anatemizadores otros, tanto de entonces como actuales y vinculados a la intrincada cuestión de los revisionismos que impugnan la matriz antifascista de las democracias posteriores a 1945. Acaso por todo eso es o ha sido hasta hace poco una clave de lectura en general descuidada, sobre todo tras la caída del muro de Berlín. No en vano ha podido afirmarse que es un tema «poco historizado y mal delimitado» y que la historia del antifascismo como movimiento al mismo tiempo transnacional e implantado en contextos nacionales específicos «está todavía por escribir», desde luego mucho más que la de los fascismos ‍[29].

Por lo mismo, se da la paradoja de que apenas está presente en el estudio de los frentes populares, que son su más evidente materialización político-gubernamental. Los trabajos dedicados al fenómeno han venido subrayando los variados alineamientos, identidades y significados que se dieron y movilizaron quienes se identificaban con el antifascismo y la naturaleza «heterogénea y movediza» del propio concepto ‍[30]. En esa línea, lejos de un único antifascismo monolítico, de partido y más o menos estático, cabría hablar más bien de antifascismos en plural, de un conglomerado de culturas antifascistas con amplias raíces populares y de una «galaxia» múltiple de actitudes y militancias que iban más allá de la política institucional o que, en reacción al intento de penetración de los Estados fascistas en el ámbito privado, llevaban también a este la acción política y social ‍[31]. Sin tener todo eso en cuenta, se hace más difícil ver que los frentes populares, en tanto que una de las realizaciones de los antifascismos, eran mucho más que un mero recurso de propaganda o una simple resistencia al fascismo. Se difuminan la cultura política plural que los nutría, y que se extendía sobre la sopa de siglas rivales, y el proyecto que los animaba: el de construcción de una democracia avanzada que fuera popular pero no necesariamente socialista. De igual modo, se pierden algunos de los elementos motrices de los proyectos frentepopulistas, que no son ajenos a las dinámicas dialécticas que configuraban, al mismo tiempo que les enfrentaban, al fascismo y al antifascismo; y eso no porque los extremos se toquen, sino porque respondían a desafíos comunes, desde un mismo espacio epocal y sintiéndose de modo paralelo partícipes de proyectos de sociedad y civilización a escala continental. En todo caso, esa sería una relativa laguna presente en la producción historiográfica reciente sobre los casos tanto español como francés

En Francia, «ninguno de los muchos estudios sobre el Frente Popular intentó definir [el antifascismo] ni explicar su papel central en la constitución de la coalición»: Vergnon (

Vergnon, G. (2016). The Burden of the Rear-View Mirror. Myth and Historiography of Republican Antifascism in France. En H. García, M. Yusta, X. Tabet y C. Clímaco (eds.). Rethinking Antifascism. History, Memory and Politics, 1922 to the Present (pp. 228-240). Oxford: Berghahn.

2016
): 235. Entre las excepciones, además de Wolikow y Bleton-Ruget (

Wolikow, S. y Bleton-Ruget, A. (dirs.). (1998). Antifascisme et nation, les gauches européennes au temps du Front populaire. Dijon: Université de Bourgogne.

1998
), están Gallego (

Gallego, F. (2007). Barcelona, mayo de 1937. La crisis del antifascismo en Cataluña. Barcelona: Debate.

2007
); Vergnon (

Vergnon, G. (2009). L’antifascisme en France, de Mussolini a Le Pen. Rennes: Presses Universitaires de Rennes.

2009
): 65-‍109; Chambarlhac y Hohl (

Chambarlhac, V. y Hohl, T. (2014). 1934-1936: un moment antifasciste. Paris: La Ville Brûle.

2014
); García (

García, H. (2015b). ¿La República de las pequeñas diferencias? Cultura(s) de izquierda y antifascismo en España, 1931-‍1939. En I. Saz y M. Pérez Ledesma (coords.). Del franquismo a la democracia, 1936-‍2013. Historia de las culturas políticas en España y América Latina (pp. 207-237). Madrid-Zaragoza: Marcial Pons-Prensas Universitarias de Zaragoza.

2015b
), y Martí Bataller (

Martí Bataller, A. (2017). Izquierda obrera y nación. La formación del Frente Popular español y francés. En D. González, M. Ortiz Heras y J. S. Pérez Garzón (eds.). La historia, lost in translation? (pp. 1627-1637). Cuenca: Universidad de Castilla-La Mancha.

2017
).

‍[32]
.

De igual modo, ambos comparten estar caracterizados por una similar excepcionalidad en los dos grandes terrenos de análisis histórico. Por un lado, en el ámbito político, presentan competidas contiendas electorales con amplia movilización ciudadana, Gobiernos de izquierda (el primero presidido por un socialista en Francia), ambiciosos proyectos de reforma, recomposición de las fuerzas de derecha, polarización de la lucha parlamentaria y crisis que conducirán a regímenes dictatoriales constituidos al calor de las armas. Por otro, en el social, ambos países fueron escenario de una sucesión de espectaculares movilizaciones colectivas y confrontaciones sociales, sobre todo en la primavera de 1936, cuyas dimensiones fueron posibles por el marco de oportunidades abierto por la llegada de gobiernos de izquierda. Esas movilizaciones, más que instaurar un régimen revolucionario, trataban en lo esencial de influir en sus políticas desde abajo, eso sí desde los márgenes de la legalidad, en el sentido de cumplir y superar los programas frentepopulistas en materia laboral, económica y de derechos de ciudadanía ‍[33]. Sea como fuere, los dos casos muestran cómo la movilización en uno y otro ámbito pueden retroalimentarse e incluso difuminar las fronteras entre ambos. De ahí que no pueda sorprender que, al abordar uno y otro caso, la investigación haya tenido y tenga uno de sus temas preferentes en la conflictividad social, la protesta y sus variantes violentas.

Pero la trascendencia de lo ocurrido en esos dos ámbitos nos lleva además a otros tres puntos de cierta convergencia en el estudio de ambos frentes populares. En primer lugar, el terreno de lo político y lo social coinciden con lo privilegiado por los enfoques y formas de escribir historia predominantes en la producción historiográfica sobre ambos episodios. El seguimiento de la historiografía que analiza los años del Frente Popular francés permite encontrar en ella una secuencia similar a la que ha sido descrita en la nuestra sobre la República y la Guerra Civil ‍[34]. Aunque sea un esquema pintado con trazo muy grueso, también en el caso francés hay una primera generación de estudios que desde la década de 1960 abordan ese periodo desde enfoques basados en el primado de la política (instituciones y organizaciones formales) y los grandes acontecimientos y personajes. Enseguida, poco a poco pero sin arrinconarlos nunca, se añade a ellos una veta de trabajos de historia social que primero se centran en las organizaciones, grandes acciones (oleadas de huelgas) y militancia del movimiento obrero y que después van incorporando otras formas de movilización social y acción colectiva y los modos de vida, sociabilidad y expectativas de las clases populares ‍[35]. Y por último, a partir de los años noventa, el interés se va desplazando hacia la cultura en sentido amplio (identidades, construcción de significados, culturas políticas, símbolos, atmósferas emocionales…), esta permea la «nueva historia política» y hasta cierto modo arrincona a la social, y en paralelo hay un retorno del sujeto que se traduce entre otras cosas en la renovación del género biográfico

Dos de los trabajos más recientes biografían a Blum: Birnbaum (

Birnbaum, P. (2015). Léon Blum: prime minister, socialist, zionist. New Haven: Yale University Press.

2015
) y Monier (

Monier, F. (2016a). Léon Blum. La morale et le pouvoir. Paris: Armand Colin.

2016a
). En total, hay hasta diecisiete monografías sobre él, nueve de ellas desde 2002. Representativos de lo «cultural» son Tartakowsky et al. (

Tartakowski, D. et al. (1990). Cultures politiques et Front Populaire. Le Mouvement social, 153, 3-‍62. Disponible en: https://doi.org/10.2307/3778896.

1990
); Ory (

Ory, P. (2016). La Belle Illusion: culture et politique sous le signe du Front populaire (1935-‍1938). Paris: Plon.

2016
), y Andrew y Ungar (

Andrew, D. y Ungar, S. (2005). Popular Front Paris and the Poetics of Culture. Cambridge (Massachusetts): Harvard University Press.

2005
). En general, véase Wolikow (

Wolikow, S. (2016b) [2006]. El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía y actualidad de las investigaciones sobre el Frente Popular. Nuestra historia, 1, 11-‍23.

2016b
), para los tres enfoques; Prost (

Prost, A. (2006). Autour du Front Populaire. Aspects du mouvement social au XXe siècle. Paris: Seuil. Disponible en: https://doi.org/10.14375/NP.9782020800211.

2006: 7-‍16
), quien habla de «la centralidad perdida de la historia obrera», y Ory (

Ory, P. (2016). La Belle Illusion: culture et politique sous le signe du Front populaire (1935-‍1938). Paris: Plon.

2016
): 5-‍14.

‍[36]
. En realidad, este último nunca se había ido, como tampoco en su conjunto la historia política del periodo, y eso también sugiere otra similitud. Tanto en el caso del Frente Popular galo como en del ibérico, y en el del conjunto de los años treinta en ambos países, se trata de periodos de una mayúscula densidad évènementielle y de una no menor incorporación de nuevos actores políticos, lo que podría explicar al menos en parte que fueran estudiados por la historia social más tarde y con menor energía que otros.

Un segundo punto de proximidad se refiere a la centralidad concedida al periodo en la contemporaneidad de ambos países y en los debates que genera su estudio. En ese sentido, el reciente avance del estudio sobre el Frente Popular español se traduce en que no parece exagerado afirmar que nuestro contemporaneísmo tiene en ese periodo uno de los campos de trabajo que más debates genera. Tan es así que, por la «pluralidad de situaciones y alternativas» que se habrían dado en él, ha podido ser considerado un laboratorio de observación de «la dinámica característica de las crisis políticas» e incluso una encrucijada para el estudio de los años treinta de nuestro siglo xx ‍[37]. Todavía más claro resulta eso en el caso del país vecino. Allí, su Frente Popular ha sido descrito como «uno de esos meta-acontecimientos constituidos por numerosos acontecimientos mayores», que conciernen a todo el cuerpo social y que se sitúan en el rango de las grandes guerras mundiales y crisis políticas del país. Aunque algunos autores son más prudentes, otros aseveran que habría sido un «acontecimiento bisagra» y «matriz» de la historia francesa que contribuyó a dar forma a relaciones y derechos sociales, prácticas laborales y espacios de socialización de nuevo cuño y a la cultura política de lo que se puede llamar «democracia social a la francesa», sin los cuales no se entienden las realizaciones de la Francia de la Liberación y de la posguerra ‍[38].

El tercer punto de convergencia al que se aludía supone dirigirnos hacia los márgenes de la historiografía. Si el periodo que se identifica con el Frente Popular resulta todo un nudo historiográfico en ambos países, no es solo por su compleja textura y por ser una encrucijada entre distintos enfoques y claves de análisis. Lo es también por el importante espacio que ocupa en las representaciones del siglo xx por parte de otros agentes productores de relatos sobre el pasado, empezando por las propias instituciones y organizaciones políticas. No hace falta exagerar la anchura de la brecha que separaría de esos relatos a la comunidad historiográfica, porque las instituciones académicas no han logrado crear aún burbujas invulnerables a la aparición de fisuras por las que se cuelen los debates, intereses y preguntas de la calle; pero sigue siendo cierto que ambos episodios arrastran tópicos y simplificaciones. Aunque las hay también de un tono más o menos benévolo, las imágenes más habituales sobre el Frente Popular español, que en parte derivan del argumentario franquista, lo tiñen de un tono fatalista. Según ellas, se trató de una «primavera trágica» repleta de caos y violencias que situó al país en una pendiente que lo despeñaba hacia una guerra civil que aparece como inevitable y de la que se describe como un mero prólogo ‍[39]. De igual modo, de su equivalente francés se ha dicho que, para la mayoría de la población de hoy, se limita a una serie de imágenes icónicas —la semana laboral de cuarenta horas, las vacaciones pagadas— y se describe como un elemento central en las identidades de la izquierda política e incluso como un mito político, social y cultural. El año 1936, escribía un conocido historiador, permanece en la memoria colectiva guardando irreductibles los significados dicotómicos de herederos y detractores, con una leyenda dorada y otra negra, y sigue siendo «uno de los episodios más discutidos de nuestra historia reciente» ‍[40].

Ahora bien, eso mismo nos conduce de nuevo hacia las divergencias entre un caso y otro. La frase de ese historiador era de hace tres décadas. Dos después, los diagnósticos eran opuestos. En 2006, un estudioso decía del Frente Popular francés que «ha dejado de ser un nudo central del debate político», tanto entre la derecha y la izquierda como en el seno de esta. Dos años después, un libro sobre las «guerras de memorias» en ese país incluía entre ellas la revolución de 1789, el affaire Dreyfus, la Gran Guerra, el Holocausto, el comunismo, la esclavitud, la colonización y la guerra de Argelia, pero no el Frente Popular. En 2016, otro autor confirmaba el cambio: la «memoria del Frente Popular» ha dejado de ser objeto de disputas políticas y parece haber quedado solo para la investigación historiográfica ‍[41]. El caso español es distinto. Aquí, es posible que el lugar que ocupe el Frente Popular en los relatos públicos sobre el pasado reciente no alcance nunca la centralidad que ocupó en el país vecino; sin embargo, ya lo apuntábamos, su presencia en estos últimos años no decrece sino que parece aumentar.

Este, como los otros contrastes a los que nos referíamos páginas atrás, remiten a la diferente intensidad y momentos de la atención a los frentes populares de uno y otro país. Otros tienen que ver con los objetos de estudio y los modos como se han abordado. En especial sobre lo primero, no se podría elaborar aquí una nómina exhaustiva de los temas tratados al investigar ambos frentes populares. En su lugar, puede ser más provechoso apuntar algunas posibles razones de esas diferencias. Así, es obvio que la bibliografía sobre el caso español preste una mayor atención hacia el anticlericalismo, la reforma agraria o las conspiraciones antirrepublicanas, pues fueron aquí fenómenos decisivos, o que la del caso galo plasme en mayor medida todo aquello que los casi mil días de su Frente Popular permitieron fraguar allí: la renovación del personal político, las formas de recomposición interna de los partidos, sindicatos y organizaciones patronales, las nuevas prácticas sociales surgidas al calor de la legislación reformista, por ejemplo en clave de género, y, sobre todo, los resultados y problemas de esa misma obra de gobierno y las resistencias que encontró ‍[42].

Otro elemento lo constituye la diferente cronología de cada caso. La brevedad del Frente Popular hispano ha influido en su más procelosa consideración como periodo autónomo, pero a eso se suma su conexión temporal con la Guerra Civil. Que acabara de modo abrupto y diera paso inmediato a la guerra pondría las bases para que florecieran lecturas del periodo que lo cosían a ella como en una secuencia inevitable. De ahí por ejemplo las que lo vieron y ven en términos de fracaso o como una pendiente imparable hacia la guerra. En el caso francés, con una clausura menos traumática y más progresiva y con otros dos años y muchos otros factores antes de caer en los «años negros» de la ocupación nazi y la colaboración, resulta mucho más difícil restarle sustantividad propia y leerlo en clave teleológica y fatalista. De hecho, hay razones para pensar que todo ello ha hecho más fácil pensar el caso francés, al contrario que el español, como un proceso o encrucijada antes que como un acontecimiento o episodio fugaz. A su vez, eso habría permitido integrar su estudio en general y el de muchas de sus dimensiones en particular —politización popular, cambios en las formas sindicales y de acción colectiva, nuevas culturas políticas— en el plazo más largo de la historia de las prácticas sociales, culturales, festivas, militantes, etc., mirando a sus conexiones tanto con los desarrollos anteriores como con las realizaciones que habría posibilitado después ‍[43]. Con el tajo de una guerra y la cesura posterior de casi cuatro décadas después, algo así se hace mucho más arduo para el Frente Popular español.

Pero si de cronología hablamos, tan importante o más que los tiempos de los casos estudiados son los de su estudio. En el espacio que aquí tenemos no cabe sino una breve propuesta, pero es posible encontrar en los dos casos tres grandes etapas de en torno a dos décadas cada una, aunque con distintos contenidos y ritmos. Antes de ellas, cabría hablar de una prehistoria de la historiografía de los frentes populares, que iría desde la propia experiencia de ambos, cuando su representación era objeto de memorias opuestas, apropiaciones, denigraciones y hasta procesos judiciales

Si el franquismo acusó al Frente Popular español de originar la guerra y dirigió contra él todo su entramado represivo y judicial, el régimen de Vichy hizo lo propio con los principales dirigentes del francés en el famoso proceso de Riom de 1942: Bancaud (

Bancaud, A. (2002). Le procès de Riom: instrumentalisation et renversement de la justice. En M. O. Baruch y V. Duclert (dirs.). Justice, politique et République. De l’affaire Dreyfus à la guerre d’Algérie (pp. 221-241). Paris: IHTP-Complexe.

2002
).

‍[44]
. Así, cuando a comienzos de los años sesenta comenzaron a aparecer trabajos sobre el Frente Popular francés y sobre la II República española, y con ello empezaba una primera etapa, las condiciones eran muy diversas. Mientras en el segundo caso se trataba de contados hispanistas que escribían desde fuera o, como respuesta, historiadores franquistas desde el Ministerio de Información y Turismo ‍[45], en el primero surgía en apenas dos decenios una sólida historiografía del periodo. En la década de 1960, el clima de aproximación entre las familias de la izquierda abonó un interés por aquel precedente de 1936. En 1966, con motivo del trigésimo aniversario de las elecciones que llevaron a Blum al poder, se celebraba un vasto congreso sobre su acción de gobierno. Esa reunión y sus actas marcaban una suerte de acta fundacional de su estudio académico. En la década siguiente, el eurocomunismo, la distensión, el «programa común» de la izquierda y los intentos del socialismo galo por asociarse a la experiencia gubernamental de los años treinta reforzarían, aunque no sin disputas, la atención a aquel periodo

El coloquio, en Renouvin y Rémond (

Renouvin, P. y Rémond, R. (eds.). (1967). Léon Blum, chef de gouvernement (1936-‍1937). Paris: Armand Colin.

1967
). Trabajos pioneros fueron Dupeux (

Dupeux, G. (1959). Le Front Populaire et les élections de 1936. Paris: Fondation Nationale des Sciences Politiques.

1959
); Prost (

Prost, A. (1964). La C.G.T. a l’époque du Front populaire, 1934-‍1939: essai de description numérique. París: Armand Colin.

1964
), y Lefranc (

Lefranc, G. (1965). Histoire du front populaire: 1934-‍1938. Paris: Payot.

1965
). Más detalles sobre esta y las demás etapas, en Jackson (

Jackson, J. (1988). The popular front in France: Defending democracy, 1934-‍38. Cambridge: Cambridge University Press.

1988
): 288-‍296; Vigna et al. (

Vigna, X., Vigreux, J. y Wolikow, S. (dirs.) (2006). Le pain, la paix, la liberté: Expériences et territoires du Front populaire. Paris: La Dispute-Éditions Sociales.

2006
): 313-‍367; Cépède (

Cépède, F. (2006). 1936-‍2006: Commémorer le Front Populaire. Les anniversaires de 36, les socialistes et les autres. Recherche socialiste, 37, 51-‍65.

2006
); Margairaz y Tartakovski (

Margairaz, M. y Tartakovski, D. (2009). Le Front populaire. Paris: Larousse.

2009
): 208-‍221; Monier (

Monier, F. (2016a). Léon Blum. La morale et le pouvoir. Paris: Armand Colin.

2016a
): 4-‍10, y Wolikow (

Wolikow, S. (2016b) [2006]. El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía y actualidad de las investigaciones sobre el Frente Popular. Nuestra historia, 1, 11-‍23.

2016b
).

‍[46]
.

El cambio de los años setenta a los ochenta y la fugaz colaboración gubernamental entre comunistas y socialistas con la llegada de Mitterrand al Elíseo en 1981 abrirían una segunda etapa en la representación histórica del periodo, que llevaría hasta finales de siglo y que significaría su consolidación, con la aparición de sólidos trabajos generales ‍[47], el desarrollo y enriquecimiento de la historia social y la llegada en la década de 1990 de los enfoques culturales. Pero sería también la de una cierta «muerte del modelo político» del Frente Popular, al que se llevarían por delante la derrota de las iniciales políticas sociales de Mitterrand y su giro liberal, y su sustitución por el «mito social y cultural» y la dimensión «moral» de sus figuras emblemáticas ‍[48]. Mientras tanto, en el caso español, la posibilidad de estudiar el periodo solo pudo llegar con la muerte de Franco. Y si bien durante los años siguientes varios trabajos parecían reflejar el interés por aquel precedente de experiencia gubernamental de izquierdas como la que llegaba también al poder en 1982 ‍[49] y la atención hacia la II República se mantuvo, las investigaciones centradas en sus últimos meses fueron comparativamente escasas. Como se avanzaba antes, estas y la problematización del periodo llegarían solo entrado el nuevo siglo, en particular a partir de 2006, en un proceso que coincide con la desaceleración de la investigación y de la conmemoración sobre el caso francés, a la que no parecen ajenas la pérdida de peso de las formaciones políticas y proyectos sociales que habían reivindicado durante décadas, con distintos intereses, la experiencia del 1936 galo.

Las vicisitudes experimentadas por las sociedades francesa y española a lo largo de las últimas décadas han influido en la producción historiográfica y ayudan a explicar algunas de las diferencias antes vistas. En primer lugar, los obstáculos puestos para la investigación por la dictadura franquista estarían tras la más tardía consolidación del estudio sobre el caso español. En segundo lugar, los relatos propagandísticos han podido lastrar más su estudio. Mientras que en el caso francés eran variados, se podían contrapesar entre sí y convivieron con todo tipo de memorias, descripciones y —desde los años sesenta— con una literatura historiográfica plural, en España el monopolio de la lectura franquista durante décadas habría supuesto una mayor rémora. De ahí que haya sido más duradera y penosa la necesaria labor de su desguace que ha asumido la historiografía y que en ocasiones, para alejarse de sus tópicos, se haya podido minimizar sus aristas más problemáticas (algo menos necesario en Francia). Y de ahí, a su vez, las críticas de quienes censuran limitarse a ese «combate» y construir imágenes indulgentes sobre el tramo final de la República en paz que minimicen o soslayen por ejemplo sus retóricas y prácticas de exclusión y la violencia de que fue escenario ‍[50].

Con eso regresamos, cerrando el círculo, a la cuestión de las polémicas sobre las militancias y los revisionismos. Los términos en que se plantean son demasiado enjundiosos como para abordarlos aquí. Sin embargo, cabe hacer algún apunte que vaya a lo más general. Por un lado, el contraste con el caso francés muestra que no dependen solo de lógicas «nacionales», de nuestro supuesto carácter cainita o del uso partidista de la «memoria histórica» por partidos y Gobiernos de la izquierda patria ‍[51]. Aunque una o dos décadas antes y alrededor de otros temas como las revoluciones francesa y rusa, el comunismo o Vichy, parecidas si no más agrias polémicas se han dado en Francia alrededor de la defensa o revisión de relatos vinculados a la tradición revolucionaria o antifascista ‍[52]. Por otro, cada cual tiene su posición, incluido quien esto firma; pero quizá sería más útil plantearnos de entrada que, como actividad comunicativa que es, la escritura de la historia adquiere sentido respecto de sistemas de relevancia, que son múltiples, y de los horizontes de expectativas del público al que se dirige, y que todo trabajo —revisionista o no— se vincula intertextualmente a relatos alternativos que se busca desplazar ‍[53]. Y por último, la conflictividad, la gestión del orden público y la violencia en el Frente Popular y cómo han sido y son historiadas merecerían un artículo entero ‍[54]. Pero de momento cabría sugerir como hipótesis que si recientemente las polémicas sustituyen a las verdaderas controversias científicas, según palabras de G. Noiriel ‍[55], lo que hay alrededor de este tema no tiene por qué ser solo lo primero. Las expresiones usadas han sido en ocasiones gruesas, pero también ha habido encuentros y espacios de diálogo

Como ejemplo, véase el taller «La España del Frente Popular: acuerdos y controversias», coordinado por M. Álvarez Tardío, F. Del Rey, J. L. Ledesma y R. Robledo en el XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea: «La Historia, lost in Translation?» (Albacete, 21-‍23 de septiembre de 2016).

‍[56]
. Y, en todo caso, la discusión puede ser un debate no solo sobre las dimensiones, formas y protagonistas de esos fenómenos. Lo es también sobre la mayor o menor utilidad de enfoques y marcos conceptuales e incluso sobre las posibilidades, coordenadas epistemológicas y condicionantes extra-intelectuales en el estudio y escritura de la historia. Dicho de otro modo, es un terreno de avance de conocimiento y eso, polémica o controversia, parece más fructífero que un pasado cerrado y más o menos petrificado.

IV. PUNTO Y APARTE[Subir]

En palabras de un notable historiador francés que empezó además estudiando el Frente Popular y es uno de sus grandes especialistas, la historia no es «el arte de pescar con red». El historiador no lanza los aparejos para capturar hechos porque estos no existen por sí solos, «no los hay sin preguntas, sin hipótesis previas». Además, esas preguntas no solo surgen en el seno de la profesión, sino dentro de una sociedad dada, y a lo largo del tiempo «hay preguntas que desaparecen y otras distintas ocupan su lugar» ‍[57]. En ese sentido, el estudio de la historiografía, sea en sus versiones más especulativas o en las más empíricas, es de indudable utilidad: nos permite compartir resultados e interrogantes y aplicar a nuestro propio trabajo la dimensión diacrónica con la que analizamos las sociedades pasadas; pero nos faculta también para identificar las dinámicas y condiciones de reproducción de nuestra comunidad profesional, reconocer que nunca controlamos del todo el significado de nuestra propia obra y problematizar así nuestra labor y función dentro y fuera de la disciplina ‍[58].

Una de las formas de llevar a cabo ese estudio, poco utilizada de modo expreso, es lo que puede denominarse historiografía comparada, de la que aquí hemos ensayado un ejercicio preliminar y más cercano al polo meramente empírico que al de mayor carga teórica. En concreto, el formato elegido ha sido el de asomarnos a la producción bibliográfica sobre el Frente Popular francés desde la del caso español y en busca de elementos comparativos que permitan contemplar la generada por este último con una mayor perspectiva. En el espacio del que se disponía, nos hemos limitado a resaltar una serie de similitudes y divergencias generales en el modo como han sido estudiados los dos episodios. Se han dejado fuera, o para ocasiones futuras, un cuadro completo de las presencias y ausencias temáticas en el estudio de ambos, la evolución y comparación de los modos de escribir historia y enfoques hegemónicos o una caracterización y contraste más detenidos de las etapas que trazan los cambios y relaciones recíprocas de los relatos públicos e historiográficos sobre ambos periodos. Además, el resultado de una indagación así es necesariamente provisional porque, con el paso del tiempo, las preguntas y polos de interés pueden cambiar en sentidos esperables o imprevisibles y por ejemplo mitigar o alimentar las diferencias y semejanzas y el interés por aquel periodo. Del mismo modo que el caso francés sugiere recientemente que el atractivo por los frentes populares puede descender, el surgimiento y llegada a las instituciones políticas de movimientos de extrema derecha que otro importante historiador denomina «posfascistas» podría relanzarlo, como parece lo hace ya con el antifascismo en general ‍[59].

A pesar de todo, el texto ha identificado al menos una serie de similitudes y algunas diferencias que tienen que ver a su vez con las distintas cronología y naturaleza de los dos frentes populares y con los diferentes ritmos y modos con que ambas sociedades y sus historiografías han podido y decidido acercarse a ellos. Con todo, quizá lo más importante sea una valoración complementaria. Uno de los primeros historiadores del caso francés, participante además en los hechos, escribió de él que los franceses «lo vivieron como una gran aventura» ‍[60]. Asomarse a ese tiempo y estudiarlo hoy también puede serlo, porque tiene mucho de encrucijada. Tanto en España como en Francia, es un terreno privilegiado de debate sobre sus respectivas sociedades del momento, un cruce de crisis, oportunidades políticas, movilizaciones colectivas, reformas, procesos de radicalización y disparidad de proyectos de sociedad y Estado en liza ‍[61]. Y es, asimismo, una oportunidad para debatir sobre cómo estudiar y articular relatos históricos sobre periodos con tanta densidad, lecturas y usos futuros, y sobre cómo lidiar con la tensión entre los relatos historiográficos, que se supone buscan complejizar el pasado al precio a menudo de alejarnos de él, y los de otros actores involucrados en formas alternativas de representarlo. A eso contribuye, entre otras cosas, la comparación historiográfica, una forma de estudiar cómo escribimos la historia cuya utilidad aquí apenas se ha podido apuntar.

NOTAS[Subir]

[1]

De Beauvoir ( ‍De Beauvoir, S. (1984) [1960]. La plenitud de la vida. Barcelona: Edhasa.1984): 241-‍242 y 244. Algo parecido, aunque con tono más escéptico, en Serge ( ‍Serge, V. (2011) [1947]. Memorias de un revolucionario. Madrid: Veintisiete Letras.2011): 394-‍395 y 398-‍399.

[2]

Esto último, en Pike ( ‍Pike, D. W. (2011). France divided. The French and the Civil War in Spain. Brighton: Sussex Academic Press.2011). En general, véanse Juliá ( ‍Juliá, S. (1979). Orígenes del Frente Popular en España (1934-‍1936). Madrid: Siglo xxi.1979); Canal y Duclert ( ‍Canal, J. y Duclert, V. (2016). La guerre d’Espagne. Un conflit qui a façonné l’Europe. Paris: Armand Colin.2016), y Jackson ( ‍Jackson, J. (1988). The popular front in France: Defending democracy, 1934-‍38. Cambridge: Cambridge University Press.1988): 201-‍209.

[3]

Véase, por ejemplo, Revel ( ‍Revel, J. (2001) [1996]. Las construcciones francesas del pasado. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.2001): 19-‍23.

[4]

Véanse, por ejemplo, Bosworth ( ‍Bosworth, R. J. B. (1994). Explaining Auschwitz and Hiroshima: history writing and the second world war, 1945-‍1990. London: Routldege.1994); Iordachi ( ‍Iordachi, C. (2000). Comparative Fascist Studies: An Introduction. En C. Iordachi (ed.). Comparative Fascist Studies. New Perspectives (pp. 1-50). Nueva York: Routledge.2000), y Albanese ( ‍Albanese, G. (2009). Comparare i fascismi. Una riflessione storiografica. Storica, 43-45, 313-‍343.2009).

[5]

Lorenz ( ‍Lorenz, Ch. (2005) [1999]. Historiografía comparada: problemas y perspectivas. Memoria y Sociedad, 19, 35-‍45.2005), con entrecomillados en 35-‍42.

[6]

Se pueden encontrar algunos balances en Ledesma ( ‍Ledesma, J. L. (2010). De prólogo a espacio de debate: la etapa del Frente Popular y la historiografía. En M. Ballarín y J. L. Ledesma (eds.). La República del Frente Popular. Reformas, conflictos y conspiraciones (pp. 165-203). Zaragoza: Fundación Rey del Corral.2010 y  ‍Ledesma, J. L. (2013a). El núcleo duro de los años treinta: la historiografía reciente sobre el periodo del Frente Popular. Bulletin d’Histoire Contemporaine de l’Espagne, 48, 123-‍143.2013a), y por temas, aunque se refiere al conjunto del quinquenio republicano, en González y Ribagorda ( ‍González Calleja E. y Ribagorda, Á. (eds.). (2017). Luces y sombras del 14 de abril. La historiografía sobre la Segunda República española. Madrid: Biblioteca Nueva.2017), por ejemplo González Calleja ( ‍González Calleja, E. (2017). Tendencia y controversias de la historiografía sobre la política en la Segunda República. En E. González Calleja y Á. Ribagorda (eds.). Luces y sombras del 14 de abril. La historiografía sobre la Segunda República española (pp. 127-169). Madrid: Biblioteca Nueva. Disponible en: https://doi.org/10.4000/bhce.279.2017) y Sánchez Pérez ( ‍Sánchez Pérez, F. (2017). Las izquierdas: enfoques y desenfoques historiográficos. En E. González Calleja y Á. Ribagorda (eds.). Luces y sombras del 14 de abril. La historiografía sobre la Segunda República española (pp. 201-252). Madrid: Biblioteca Nueva.2017). Para el caso francés, Wolikow ( ‍Wolikow, S. (2016b) [2006]. El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía y actualidad de las investigaciones sobre el Frente Popular. Nuestra historia, 1, 11-‍23.2016b).

[7]

Morin y Richard ( ‍Morin, G. y Richard, G. (eds.). (2008). Les deux France du Front Populaire. Chocs et contre-chocs. Paris: L’Harmattan.2008); Chaput ( ‍Chaput, M. C. (ed.). (2008). Fronts Populaires: Espagne, France, Chili. Paris: Université Paris Ouest Nanterre La Défense.2008), y Vigna et al. ( ‍Vigna, X., Vigreux, J. y Wolikow, S. (dirs.) (2006). Le pain, la paix, la liberté: Expériences et territoires du Front populaire. Paris: La Dispute-Éditions Sociales.2006).

[8]

Las excepciones serían dos buenas síntesis: Vigreux ( ‍Vigreux, J. (2016). Histoire du Front populaire. L’échappée belle. Paris: Tallandier.2016) y Wolikow ( ‍Wolikow, S. (2016a). 1936, Le monde du Front populaire. Paris: Le Cherche Midi.2016a), que además parte del anterior Wolikow ( ‍Wolikow, S. (1996). Le Front populaire en France. Bruxelles: Complexe.1996); sendas biografías de Blum: Birnbaum ( ‍Birnbaum, P. (2015). Léon Blum: prime minister, socialist, zionist. New Haven: Yale University Press.2015) y Monier ( ‍Monier, F. (2016a). Léon Blum. La morale et le pouvoir. Paris: Armand Colin.2016a); Jacquemond ( ‍Jacquemond, L. P. (2016). Espoir brisé: 1936, les femmes et le Front populaire. Paris: Belin.2016); y trabajos locales como Le Gall y Prigent ( ‍Le Gall, E. y Prigent, F. (dirs.). (2016). C’était 1936: le Front populaire vu de Bretagne. Rennes: Éditions Goater.2016), y Sénéchal ( ‍Sénéchal, J. P. (2018). Finistère du Front populaire: 1934-‍1938, lutte pour l’hégémonie et logique de blocs. Rennes: Presses Universitaires de Rennes.2018).

[9]

Cruz ( ‍Cruz, R. (2006). En el nombre del pueblo. República, rebelión y guerra en la España de 1936. Madrid: Siglo xxi.2006); Ballarín y Ledesma ( ‍Ballarín, M. y Ledesma, J. L. (eds.). (2010). La República del Frente Popular. Reformas, conflictos y conspiraciones. Zaragoza: Fundación Rey del Corral.2010); González y Navarro ( ‍González Calleja, E. y Navarro Comas, R. (eds.). (2011). La España del Frente Popular: política, sociedad, conflicto y cultura en la España de 1936. Granada: Comares.2011); Bahamonde y González ( ‍Bahamonde, Á. y González Calleja, E. (coords.). (2011). La España del Frente Popular. Mélanges de la Casa de Velázquez, 41 (1).2011); Ranzato ( ‍Ranzato, G. (2014) [2011]. El gran miedo de 1936. Cómo España se precipitó en la Guerra Civil. Madrid: Esfera de los Libros.2014); Martín Ramos ( ‍Martín Ramos, J. L. (2015). El Frente Popular. Victoria y derrota de la democracia en España. Barcelona: Pasado y Presente.2015), y Álvarez y Villa ( ‍Álvarez Tardío, M. y Villa García, R. (2017). 1936, fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular. Madrid: Espasa.2017).

[10]

Los términos del debate se pueden seguir, sin ánimo de exhaustividad, en Del Rey ( ‍Del Rey, F. (2012). Revisionismos y anatemas. A vueltas con la II República. Historia Social, 72, 155-‍172.2012 y  ‍Del Rey, F. (2013). Mistificaciones y tabúes, o el difícil arte de la renovación historiográfica. Historia del Presente, 21, 145-‍159.2013); Ealham ( ‍Ealham, Ch. (2013). The Emperor’s New Clothes: ‘Objectivity’ and Revisionism in Spanish History. Journal of Contemporary History, 48, 191-‍202. Disponible en: https://doi.org/10.1177/0022009412461776.2013), y varias de las contribuciones de Forcadell et al. ( ‍Forcadell, C., Peiró, I. y Yusta, M. (eds.). (2015). El pasado en construcción: revisiones de la historia y revisionismos históricos en la historiografía contemporánea. Zaragoza: Institución Fernando el Católico.2015); y, de modo concreto sobre el periodo del Frente Popular, en el debate entre Ranzato ( ‍Ranzato, G. (2013). ¿Es posible un auténtico debate historiográfico sobre la historia de la Segunda República y de la Guerra Civil? Historia del Presente, 22, 151-‍164.2013) y Ledesma ( ‍Ledesma, J. L. (2013b). Acerca de los años treinta y sus debates. Historia del Presente, 22, 165-‍172.2013b) o en las muchas reacciones ante la reciente aparición de Álvarez y Villa ( ‍Álvarez Tardío, M. y Villa García, R. (2017). 1936, fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular. Madrid: Espasa.2017), sobre todo Moradiellos ( ‍Moradiellos, E. (2017). Las elecciones generales de febrero de 1936: una reconsideración historiográfica. Revista de Libros, 192. Disponible en https://bit.ly/2RZb7YT.2017); González y Sánchez ( ‍González Calleja, E. y Sánchez Pérez, F. (2018). Revisando el revisionismo. A propósito del libro 1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular. Historia Contemporánea, 58, 851-‍881. Disponible en: https://doi.org/10.1387/hc.19831.2018), y Valero Gómez ( ‍Valero Gómez, S. (2018). ¿Nihil novum sub sole? En torno a la Segunda República y el Frente Popular. Historia del Presente, 31, 99-‍112.2018).

[11]

Droz ( ‍Droz, J. (2001) [1984]. Histoire de l’antifascisme en Europe, 1929-‍1939. Paris: La Découverte.2001): 13-‍21; Wolikow ( ‍Wolikow, S. (2010). L’Internationale communiste (1913-‍1943): le Komintern ou le rêve déchu du parti mondial de la revolution. Ivry-sur-Seine: Éditions de l’Atelier.2010): 87-‍102 y 172 y ss., y el caso español en Elorza y Bizcarrondo ( ‍Elorza, A. y Bizcarrondo, M. (1999). Queridos camaradas. La Internacional Comunista y España. 1919-‍1939. Barcelona: Planeta.1999): 209-‍288, y en la mayoría de contribuciones de Agosti et al. ( ‍Agosti, A., Wolikow, S., Ruiz González, D., Bizcarrondo, M., Tuñón de Lara, M., Juliá, S., Vinyes, R., Serrano, C., Maurice, J., Spriano, P., Claudín. P. y Neugebauer, W. (1981). Coloquio sobre el Frente Popular y España. Estudios de Historia Social, 16-17, 50-‍193.1981). La tesis del caballo de Troya, con los partidos comunistas como «marionetas» de Moscú, en Payne ( ‍Payne, S. G. (2003). Unión Soviética, comunismo y revolución en España (1931-‍1939). Barcelona: Plaza y Janés.2003): 82-‍108. Para España véase Sánchez Pérez ( ‍Sánchez Pérez, F. (2017). Las izquierdas: enfoques y desenfoques historiográficos. En E. González Calleja y Á. Ribagorda (eds.). Luces y sombras del 14 de abril. La historiografía sobre la Segunda República española (pp. 201-252). Madrid: Biblioteca Nueva.2017): 241-‍244, y Hernández Sánchez ( ‍Hernández Sánchez, F. (2013). Con el cuchillo entre los dientes: el mito del «peligro comunista» en España en julio de 1936. En F. Sánchez (ed.). Los mitos del 18 de julio (pp. 275-290). Barcelona: Crítica.2013): 281-‍287 o, para el británico, algunas contribuciones de Fyrth ( ‍Fyrth, J. (ed.). (1985). Britain Fascism and the Popular Front. London: Lawrence and Wishart.1985) y sobre todo Blaazer ( ‍Blaazer, D. (2002). The Popular Front and the progressive tradition: socialists, liberals, and the quest for unity, 1884-‍1939. Cambridge: Cambridge University Press.2002).

[12]

Algunos balances en Graham y Preston ( ‍Graham, H. y Preston, P. (eds.). (1987). The Popular Front in Europe. London: Macmillan.1987): 1-‍19; Souto Kustrín ( ‍Souto Kustrín, S. (2008). La política frentepopulista y su concreción en Europa: un balance. En M.-C. Chaput (ed.). Fronts Populaires: Espagne, France, Chili (pp. 23-38). Paris: Université Paris Ouest Nanterre La Défense.2008); Agosti ( ‍Agosti, A. (2008). Le Front Populaire dans le champ des gauches éuropéennes. En G. Morin y G. Richard (ed.). Les deux France du Front Populaire. Chocs et contre-chocs (pp. 42-50). París: L’Harmattan.2008), y Martín Ramos ( ‍Martín Ramos, J. L. (2015). El Frente Popular. Victoria y derrota de la democracia en España. Barcelona: Pasado y Presente.2015): 13-‍47.

[13]

Por ejemplo, Wolikow y Bleton-Ruget ( ‍Wolikow, S. y Bleton-Ruget, A. (dirs.). (1998). Antifascisme et nation, les gauches européennes au temps du Front populaire. Dijon: Université de Bourgogne.1998) y Godicheau ( ‍Godicheau, F. (2013). Front populaire, de la tactique cominternienne aux ‘politiques du peuple’. Bulletin d’Histoire contemporaine de l’Espagne, 48, 13-‍25.2013).

[14]

Graham y Preston ( ‍Graham, H. y Preston, P. (eds.). (1987). The Popular Front in Europe. London: Macmillan.1987); Agosti ( ‍Agosti, A. (ed.). (1989). La stagione dei Fronti Popolari. Bologna: Capelli Editori.1989); Wolikow y Bleton-Ruget ( ‍Wolikow, S. y Bleton-Ruget, A. (dirs.). (1998). Antifascisme et nation, les gauches européennes au temps du Front populaire. Dijon: Université de Bourgogne.1998), y Chaput ( ‍Chaput, M. C. (ed.). (2008). Fronts Populaires: Espagne, France, Chili. Paris: Université Paris Ouest Nanterre La Défense.2008).

[15]

Lo primero en Alexander y Graham ( ‍Alexander, M. S. y Graham, H. (eds.). (1989). The French and Spanish Popular Fronts: Comparative Perspectives. Cambridge: Cambridge University Press. Disponible en: https://doi.org/10.1017/CBO9780511562846.1989), y lo segundo en Seidman ( ‍Seidman, M. (2014) [1991]. Los obreros contra el trabajo: Barcelona y París bajo el Frente Popular. Logroño: Pepitas de Calabaza.2014).

[16]

Véanse sobre todo Cruz ( ‍Cruz, R. (2006). En el nombre del pueblo. República, rebelión y guerra en la España de 1936. Madrid: Siglo xxi.2006): 101-‍106 y passim; Gallego ( ‍Gallego, F. (2014). El evangelio fascista. La formación de la cultura política del franquismo (1930-‍1950). Barcelona: Crítica.2014), y Sánchez Pérez ( ‍Sánchez Pérez, F. (2016). Movilización sociolaboral y oportunidades políticas en España y Francia durante la primavera de 1936. Nuestra Historia, 1, 24-‍47.2016).

[17]

Juliá ( ‍Juliá, S. (1979). Orígenes del Frente Popular en España (1934-‍1936). Madrid: Siglo xxi.1979) y Dimitrov ( ‍Dimitrov, J. (1977) [1935]. La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional Comunista en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo. Madrid: Emiliano Escolar.1977): 34 (cursiva en el original).

[18]

Prost ( ‍Prost, A. (2006). Autour du Front Populaire. Aspects du mouvement social au XXe siècle. Paris: Seuil. Disponible en: https://doi.org/10.14375/NP.9782020800211.2006): 43-‍70. Compárese con Tartakowski ( ‍Tartakowski, D. et al. (1996). Le Front populaire: la vie est à nous. Paris: Gallimard.1996): 28-‍29 y Chambarlhac y Hohl ( ‍Chambarlhac, V. y Hohl, T. (2014). 1934-1936: un moment antifasciste. Paris: La Ville Brûle.2014).

[19]

Una excepción parcial en Chaput ( ‍Chaput, M. C. (ed.). (2008). Fronts Populaires: Espagne, France, Chili. Paris: Université Paris Ouest Nanterre La Défense.2008).

[20]

Monier ( ‍Monier, F. (2016b). Le désengagement des démocraties: l’invention française de la non-intervention. En J. Canal y V. Duclert. La guerre d’Espagne. Un conflit qui a façonné l’Europe (pp. 106-116). Paris: Armand Colin.2016b): 116; Morin y Richard ( ‍Morin, G. y Richard, G. (eds.). (2008). Les deux France du Front Populaire. Chocs et contre-chocs. Paris: L’Harmattan.2008): 8 —escaso desarrollo de la comparación—; Vigna et al. ( ‍Vigna, X., Vigreux, J. y Wolikow, S. (dirs.) (2006). Le pain, la paix, la liberté: Expériences et territoires du Front populaire. Paris: La Dispute-Éditions Sociales.2006): 293-‍309 —España y Chile—.

[21]

Wolikow ( ‍Wolikow, S. (2016a). 1936, Le monde du Front populaire. Paris: Le Cherche Midi.2016a): 7 y 23. Revelador en ese sentido es que este mismo libro, aunque cubre todo el tracto 1934-‍1938, se titula 1936, le monde du Front populaire.

[22]

Prost ( ‍Prost, A. (2006). Autour du Front Populaire. Aspects du mouvement social au XXe siècle. Paris: Seuil. Disponible en: https://doi.org/10.14375/NP.9782020800211.2006): 63 y 69.

[23]

Juliá ( ‍Juliá, S. (1979). Orígenes del Frente Popular en España (1934-‍1936). Madrid: Siglo xxi.1979).

[24]

Graham ( ‍Graham, H. (2006) [2002]. La República española en guerra (1936-‍1939). Barcelona: Debate.2006) y Godicheau ( ‍Godicheau, F. (2008). Le Front populaire pendant la Guerre civile: instrument du consensus au service du pouvoir. En M. C. Chaput (ed.). Les Fronts populaires. France, Espagne, Chili (189-‍213). Paris: Publidix-Université de Nanterre.2008). También lleva su final hasta 1938 Martín Ramos ( ‍Martín Ramos, J. L. (2015). El Frente Popular. Victoria y derrota de la democracia en España. Barcelona: Pasado y Presente.2015).

[25]

Godicheau ( ‍Godicheau, F. (2011). L’existence et le nom du Front Populaire comme enjeux d’interprétation et d’appropiation. Mélanges de la Casa de Velázquez, 41 (1), 17-‍35. Disponible en: https://doi.org/10.4000/mcv.3815.2011)

[26]

Dell ( ‍Dell, S. (2007). The Image of the Popular Front. The Masses and the Media in Interwar France. Basingstoke: Palgrave Macmillan. Disponible en: https://doi.org/10.1057/ 9780230286955.2007).

[27]

Bourdieu ( ‍Bourdieu, P. (2003). El oficio de científico. Ciencia de la ciencia y reflexividad. Barcelona: Anagrama.2003): 116.

[28]

Traverso ( ‍Traverso, E. (2009) [2007]. A sangre y fuego. De la guerra civil europea (1914-‍1945). Valencia: Publicacions de la Universitat de València.2009) y, para el caso español, Morente ( ‍Morente, F. (ed.) (2011). España en la crisis europea de entreguerras. República, fascismo y Guerra Civil. Madrid: Los Libros de la Catarata.2011) y Del Rey y Álvarez ( ‍Del Rey, F. y Álvarez Tardío, M. (eds.). (2017). Políticas del odio. Violencia y crisis en las democracias de entreguerras. Madrid: Tecnos.2017).

[29]

Entrecomillados en Vergnon ( ‍Vergnon, G. (2009). L’antifascisme en France, de Mussolini a Le Pen. Rennes: Presses Universitaires de Rennes.2009): 13, y García et al. ( ‍García, H., Yusta, M., Tabet, X. y Clímaco, C. (eds.). (2016). Rethinking Antifascism. History, Memory and Politics, 1922 to the Present. Oxford: Berghahn.2016): 1. Véase también García ( ‍García, H. (2015a). Presente y futuro de una ilusión: la historiografía sobre el antifascismo desde Furet, 1996-‍2015. Ayer, 100, 233-‍247.2015a). Contribuciones dispares a esa historia son Droz ( ‍Droz, J. (2001) [1984]. Histoire de l’antifascisme en Europe, 1929-‍1939. Paris: La Découverte.2001) y Seidman ( ‍Seidman, M. (2017). Antifascismos, 1936-‍1945. La lucha contra el fascismo a ambos lados del Atlántico. Madrid: Alianza.2017). Como se sabe, Furet ( ‍Furet, F. (1995). El pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea comunista en el siglo xx. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.1995: 242-‍359) critica la «mixtificación» del fenómeno y lo asocia rígidamente a su manipulación por el comunismo.

[30]

Wolikow y Bleton-Ruget ( ‍Wolikow, S. y Bleton-Ruget, A. (dirs.). (1998). Antifascisme et nation, les gauches européennes au temps du Front populaire. Dijon: Université de Bourgogne.1998), y Copsey y Olechnowicz ( ‍Copsey, N. y Olechnowicz, A. (eds.). (2010). Varieties of Anti-fascism: Britain in the Inter-War Period. London: Palgrave. Disponible en: https://doi.org/10.1057/9780230282674.2010, entrecomillado en xiv).

[31]

Branciforte ( ‍Branciforte, L. (2016). El «antifascismo histórico». Los orígenes plurales del movimiento en Italia. En A. Bosch e I. Saz (eds.). Izquierdas y derechas ante el espejo. Culturas políticas en conflicto (pp. 379-400). Valencia: Tirant lo Blanch.2016).

[32]

En Francia, «ninguno de los muchos estudios sobre el Frente Popular intentó definir [el antifascismo] ni explicar su papel central en la constitución de la coalición»: Vergnon ( ‍Vergnon, G. (2016). The Burden of the Rear-View Mirror. Myth and Historiography of Republican Antifascism in France. En H. García, M. Yusta, X. Tabet y C. Clímaco (eds.). Rethinking Antifascism. History, Memory and Politics, 1922 to the Present (pp. 228-240). Oxford: Berghahn.2016): 235. Entre las excepciones, además de Wolikow y Bleton-Ruget ( ‍Wolikow, S. y Bleton-Ruget, A. (dirs.). (1998). Antifascisme et nation, les gauches européennes au temps du Front populaire. Dijon: Université de Bourgogne.1998), están Gallego ( ‍Gallego, F. (2007). Barcelona, mayo de 1937. La crisis del antifascismo en Cataluña. Barcelona: Debate.2007); Vergnon ( ‍Vergnon, G. (2009). L’antifascisme en France, de Mussolini a Le Pen. Rennes: Presses Universitaires de Rennes.2009): 65-‍109; Chambarlhac y Hohl ( ‍Chambarlhac, V. y Hohl, T. (2014). 1934-1936: un moment antifasciste. Paris: La Ville Brûle.2014); García ( ‍García, H. (2015b). ¿La República de las pequeñas diferencias? Cultura(s) de izquierda y antifascismo en España, 1931-‍1939. En I. Saz y M. Pérez Ledesma (coords.). Del franquismo a la democracia, 1936-‍2013. Historia de las culturas políticas en España y América Latina (pp. 207-237). Madrid-Zaragoza: Marcial Pons-Prensas Universitarias de Zaragoza.2015b), y Martí Bataller ( ‍Martí Bataller, A. (2017). Izquierda obrera y nación. La formación del Frente Popular español y francés. En D. González, M. Ortiz Heras y J. S. Pérez Garzón (eds.). La historia, lost in translation? (pp. 1627-1637). Cuenca: Universidad de Castilla-La Mancha.2017).

[33]

Sendos balances recientes de ello, en González Calleja et al. ( ‍González Calleja, E., Cobo Romero, F., Martínez Rus, A. y Pérez Sánchez, F. (2015). La Segunda República española. Barcelona: Pasado y Presente.2015): 1078-‍1149, y Vigreux ( ‍Vigreux, J. (2016). Histoire du Front populaire. L’échappée belle. Paris: Tallandier.2016): 107-‍181. Véanse asimismo Jackson ( ‍Jackson, J. (1988). The popular front in France: Defending democracy, 1934-‍38. Cambridge: Cambridge University Press.1988), y Prost ( ‍Prost, A. (2006). Autour du Front Populaire. Aspects du mouvement social au XXe siècle. Paris: Seuil. Disponible en: https://doi.org/10.14375/NP.9782020800211.2006): 71-‍103 y 129-‍132. Ambos ámbitos, en Monier ( ‍Monier, F. (2002). Le Front populaire. Paris: La Découverte.2002).

[34]

Ledesma ( ‍Ledesma, J. L. (2017). Los años treinta y cuarenta desde abajo: la historia social y la historiografía reciente sobre la Segunda República, la Guerra Civil y la primera posguerra. Studia Historica - Historia Contemporánea, 35, 203-‍238.2017) y González Calleja ( ‍González Calleja, E. (2017). Tendencia y controversias de la historiografía sobre la política en la Segunda República. En E. González Calleja y Á. Ribagorda (eds.). Luces y sombras del 14 de abril. La historiografía sobre la Segunda República española (pp. 127-169). Madrid: Biblioteca Nueva. Disponible en: https://doi.org/10.4000/bhce.279.2017).

[35]

Entre los primeros, Dupeux ( ‍Dupeux, G. (1959). Le Front Populaire et les élections de 1936. Paris: Fondation Nationale des Sciences Politiques.1959); Lefranc ( ‍Lefranc, G. (1965). Histoire du front populaire: 1934-‍1938. Paris: Payot.1965), y Renouvin y Rémon ( ‍Renouvin, P. y Rémond, R. (eds.). (1967). Léon Blum, chef de gouvernement (1936-‍1937). Paris: Armand Colin.1967). Ejemplos de los segundos son Prost ( ‍Prost, A. (1964). La C.G.T. a l’époque du Front populaire, 1934-‍1939: essai de description numérique. París: Armand Colin.1964) y Tartakowski y Willard ( ‍Tartakowski, D. y Willard, C. (1986). Des lendemains qui chantent? La France des années folles et du Front populaire. Paris: Messidor/Éditions Sociales.1986).

[36]

Dos de los trabajos más recientes biografían a Blum: Birnbaum ( ‍Birnbaum, P. (2015). Léon Blum: prime minister, socialist, zionist. New Haven: Yale University Press.2015) y Monier ( ‍Monier, F. (2016a). Léon Blum. La morale et le pouvoir. Paris: Armand Colin.2016a). En total, hay hasta diecisiete monografías sobre él, nueve de ellas desde 2002. Representativos de lo «cultural» son Tartakowsky et al. ( ‍Tartakowski, D. et al. (1990). Cultures politiques et Front Populaire. Le Mouvement social, 153, 3-‍62. Disponible en: https://doi.org/10.2307/3778896.1990); Ory ( ‍Ory, P. (2016). La Belle Illusion: culture et politique sous le signe du Front populaire (1935-‍1938). Paris: Plon.2016), y Andrew y Ungar ( ‍Andrew, D. y Ungar, S. (2005). Popular Front Paris and the Poetics of Culture. Cambridge (Massachusetts): Harvard University Press.2005). En general, véase Wolikow ( ‍Wolikow, S. (2016b) [2006]. El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía y actualidad de las investigaciones sobre el Frente Popular. Nuestra historia, 1, 11-‍23.2016b), para los tres enfoques; Prost ( ‍Prost, A. (2006). Autour du Front Populaire. Aspects du mouvement social au XXe siècle. Paris: Seuil. Disponible en: https://doi.org/10.14375/NP.9782020800211.2006: 7-‍16), quien habla de «la centralidad perdida de la historia obrera», y Ory ( ‍Ory, P. (2016). La Belle Illusion: culture et politique sous le signe du Front populaire (1935-‍1938). Paris: Plon.2016): 5-‍14.

[37]

González y Navarro ( ‍González Calleja, E. y Navarro Comas, R. (eds.). (2011). La España del Frente Popular: política, sociedad, conflicto y cultura en la España de 1936. Granada: Comares.2011, entrecomillados en xv-xvii), y Ledesma ( ‍Ledesma, J. L. (2010). De prólogo a espacio de debate: la etapa del Frente Popular y la historiografía. En M. Ballarín y J. L. Ledesma (eds.). La República del Frente Popular. Reformas, conflictos y conspiraciones (pp. 165-203). Zaragoza: Fundación Rey del Corral.2010).

[38]

Wolikow ( ‍Wolikow, S. (2016b) [2006]. El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía y actualidad de las investigaciones sobre el Frente Popular. Nuestra historia, 1, 11-‍23.2016b): 20 y 22-‍23 y ( ‍Wolikow, S. (2016a). 1936, Le monde du Front populaire. Paris: Le Cherche Midi.2016a): 35. Tonos más contenidos en Monier ( ‍Monier, F. (2002). Le Front populaire. Paris: La Découverte.2002).

[39]

Un análisis crítico en González Calleja ( ‍González Calleja, E. (2008). Violencia y tópicos de la primavera de 1936. En M. C. Chaput (ed.). Les Fronts Populaires: Espagne, France, Chili (pp. 115-153). Paris: Université Paris Ouest Nanterre.2008).

[40]

Rémond ( ‍Rémond, R. (1988). Histoire de France, t. 6: Notre siècle, de 1918 à 1988. Paris: Fayard.1988): 191. Lo anterior, especialmente en Winock y Nikel ( ‍Winock, M. y Nikel, S. (2006). La gauche au pouvoir. L’heritage du front populaire. Paris: Bayard.2006) y Grason et al. ( ‍Grason, D., Pochet, P. y Mouriaux, R. (eds.) (2006). Éclats du Front populaire. Paris: Syllepse.2006): 18.

[41]

Morin y Richard ( ‍Morin, G. y Richard, G. (eds.). (2008). Les deux France du Front Populaire. Chocs et contre-chocs. Paris: L’Harmattan.2008): 391; Blanchard y Veyrat-Masson ( ‍Blanchard, P. y Veyrat-Masson, I. (dirs.). (2008). Les guerres de mémoires. La France et son histoire. Enjeux politiques, controverses historiques, stratégies médiatiques. Paris: La Découverte.2008), y Wolikow ( ‍Wolikow, S. (2016a). 1936, Le monde du Front populaire. Paris: Le Cherche Midi.2016a): 251.

[42]

Como muestras de los ámbitos temáticos estudiados, véanse Vigna et al. ( ‍Vigna, X., Vigreux, J. y Wolikow, S. (dirs.) (2006). Le pain, la paix, la liberté: Expériences et territoires du Front populaire. Paris: La Dispute-Éditions Sociales.2006); Morin y Richard ( ‍Morin, G. y Richard, G. (eds.). (2008). Les deux France du Front Populaire. Chocs et contre-chocs. Paris: L’Harmattan.2008), y González y Navarro ( ‍González Calleja, E. y Navarro Comas, R. (eds.). (2011). La España del Frente Popular: política, sociedad, conflicto y cultura en la España de 1936. Granada: Comares.2011). Sobre el papel de las mujeres, Poggioli ( ‍Poggioli, M. (2012). Á travail égal, salaire égal: la CGT et les femmes au temps du Front populaire. Histoire documentaire. Dijon: Éditions Universitaires de Dijon.2012) y Jacquemond ( ‍Jacquemond, L. P. (2016). Espoir brisé: 1936, les femmes et le Front populaire. Paris: Belin.2016).

[43]

Por ejemplo Tartakowski ( ‍Tartakowski, D. (1997). Les manifestations de rue en France, 1918-‍1968. Paris: Publications de la Sorbonne.1997): 275-‍434; Margairaz y Tartakovski ( ‍Margairaz, M. y Tartakovski, D. (2009). Le Front populaire. Paris: Larousse.2009); Vergnon ( ‍Vergnon, G. (2009). L’antifascisme en France, de Mussolini a Le Pen. Rennes: Presses Universitaires de Rennes.2009): 65-‍109; Vigreux ( ‍Vigreux, J. (2016). Histoire du Front populaire. L’échappée belle. Paris: Tallandier.2016): 209-‍240 y 267-‍276, y Zancarini-Fournel ( ‍Zancarini-Fournel, M. (2016). Les luttes et les rêves. Une histoire populaire de la France, de 1685 à nos jours. Paris: La Découverte.2016): 629-‍652.

[44]

Si el franquismo acusó al Frente Popular español de originar la guerra y dirigió contra él todo su entramado represivo y judicial, el régimen de Vichy hizo lo propio con los principales dirigentes del francés en el famoso proceso de Riom de 1942: Bancaud ( ‍Bancaud, A. (2002). Le procès de Riom: instrumentalisation et renversement de la justice. En M. O. Baruch y V. Duclert (dirs.). Justice, politique et République. De l’affaire Dreyfus à la guerre d’Algérie (pp. 221-241). Paris: IHTP-Complexe.2002).

[45]

Jackson ( ‍Jackson, G. (1967) [1965]. La República española y la Guerra Civil. México: Grijalbo.1967) y De la Cierva ( ‍De la Cierva, R. (1967). Los documentos de la primavera trágica. Madrid: Ministerio de Información y Turismo.1967).

[46]

El coloquio, en Renouvin y Rémond ( ‍Renouvin, P. y Rémond, R. (eds.). (1967). Léon Blum, chef de gouvernement (1936-‍1937). Paris: Armand Colin.1967). Trabajos pioneros fueron Dupeux ( ‍Dupeux, G. (1959). Le Front Populaire et les élections de 1936. Paris: Fondation Nationale des Sciences Politiques.1959); Prost ( ‍Prost, A. (1964). La C.G.T. a l’époque du Front populaire, 1934-‍1939: essai de description numérique. París: Armand Colin.1964), y Lefranc ( ‍Lefranc, G. (1965). Histoire du front populaire: 1934-‍1938. Paris: Payot.1965). Más detalles sobre esta y las demás etapas, en Jackson ( ‍Jackson, J. (1988). The popular front in France: Defending democracy, 1934-‍38. Cambridge: Cambridge University Press.1988): 288-‍296; Vigna et al. ( ‍Vigna, X., Vigreux, J. y Wolikow, S. (dirs.) (2006). Le pain, la paix, la liberté: Expériences et territoires du Front populaire. Paris: La Dispute-Éditions Sociales.2006): 313-‍367; Cépède ( ‍Cépède, F. (2006). 1936-‍2006: Commémorer le Front Populaire. Les anniversaires de 36, les socialistes et les autres. Recherche socialiste, 37, 51-‍65.2006); Margairaz y Tartakovski ( ‍Margairaz, M. y Tartakovski, D. (2009). Le Front populaire. Paris: Larousse.2009): 208-‍221; Monier ( ‍Monier, F. (2016a). Léon Blum. La morale et le pouvoir. Paris: Armand Colin.2016a): 4-‍10, y Wolikow ( ‍Wolikow, S. (2016b) [2006]. El Frente Popular: ¿Qué clase de acontecimiento? Historiografía y actualidad de las investigaciones sobre el Frente Popular. Nuestra historia, 1, 11-‍23.2016b).

[47]

Jackson ( ‍Jackson, J. (1988). The popular front in France: Defending democracy, 1934-‍38. Cambridge: Cambridge University Press.1988); Tartakowsky ( ‍Tartakowski, D. et al. (1996). Le Front populaire: la vie est à nous. Paris: Gallimard.1996); Kergoat ( ‍Kergoat, J. (1996). La France du Front populaire. Paris: La Découverte.1996), y Wolikow ( ‍Wolikow, S. (1996). Le Front populaire en France. Bruxelles: Complexe.1996).

[48]

Margairaz y Tartakovski ( ‍Margairaz, M. y Tartakovski, D. (2009). Le Front populaire. Paris: Larousse.2009): 219-‍220, y Monier ( ‍Monier, F. (2016a). Léon Blum. La morale et le pouvoir. Paris: Armand Colin.2016a): 7.

[49]

Juliá ( ‍Juliá, S. (1979). Orígenes del Frente Popular en España (1934-‍1936). Madrid: Siglo xxi.1979); Agosti et al. ( ‍Agosti, A., Wolikow, S., Ruiz González, D., Bizcarrondo, M., Tuñón de Lara, M., Juliá, S., Vinyes, R., Serrano, C., Maurice, J., Spriano, P., Claudín. P. y Neugebauer, W. (1981). Coloquio sobre el Frente Popular y España. Estudios de Historia Social, 16-17, 50-‍193.1981).

[50]

Del Rey ( ‍Del Rey, F. (2013). Mistificaciones y tabúes, o el difícil arte de la renovación historiográfica. Historia del Presente, 21, 145-‍159.2013).

[51]

Ranzato ( ‍Ranzato, G. (2007) [2006]. El pasado de bronce. La herencia de la Guerra Civil en la España democrática. Barcelona: Destino.2007).

[52]

Por ejemplo Furet ( ‍Furet, F. (1995). El pasado de una ilusión. Ensayo sobre la idea comunista en el siglo xx. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.1995) y Courtois et al. ( ‍Courtois, S., Worth, N., Panné, J. L., Paczkowski, P., Bartosek, K. y Margolin, J. L. (1998) [1997]. El libro negro del comunismo. Crímenes, terror y represión. Barcelona: Planeta-Espasa.1998) y las muchas reacciones que suscitaron.

[53]

Rigney ( ‍Rigney, A. (1992). Time for Visions and Revisions: Interpretative Conflict from a Communicative Perspective. Storia della Storiografia, 22, 85-‍92.1992).

[54]

Véase Cruz ( ‍Cruz, R. (2006). En el nombre del pueblo. República, rebelión y guerra en la España de 1936. Madrid: Siglo xxi.2006); Del Rey ( ‍Del Rey, F. (2008). Paisanos en lucha. Exclusión política y violencia en la Segunda República española. Madrid: Biblioteca Nueva.2008): 471-‍461; Ledesma ( ‍Ledesma, J. L. (2013c). La «primavera trágica» de 1936 y la pendiente hacia la Guerra Civil. En F. Sánchez (ed.). Los mitos del 18 de Julio (pp. 313-339). Barcelona: Crítica.2013c); Ranzato ( ‍Ranzato, G. (2014) [2011]. El gran miedo de 1936. Cómo España se precipitó en la Guerra Civil. Madrid: Esfera de los Libros.2014); González Calleja ( ‍González Calleja, E. (2015). Cifras cruentas. Las víctimas mortales de la violencia sociopolítica en la Segunda República española (1931-‍1936). Granada: Comares.2015): 261-‍307 y 392-‍424; González Calleja et al. ( ‍González Calleja, E., Cobo Romero, F., Martínez Rus, A. y Pérez Sánchez, F. (2015). La Segunda República española. Barcelona: Pasado y Presente.2015): 1111-‍1149, y Álvarez Tardío ( ‍Álvarez Tardío, M. (2017). El «desordenado empuje del Frente Popular». Movilización y violencia política tras las elecciones de 1936. Revista de Estudios Políticos, 177, 147-‍179. Disponible en: https://doi.org/10.18042/cepc/rep.177.05.2017).

[55]

Noiriel ( ‍Noiriel, G. (1997). Sobre la crisis de la historia. Madrid: Cátedra.1997): 48.

[56]

Como ejemplo, véase el taller «La España del Frente Popular: acuerdos y controversias», coordinado por M. Álvarez Tardío, F. Del Rey, J. L. Ledesma y R. Robledo en el XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea: «La Historia, lost in Translation?» (Albacete, 21-‍23 de septiembre de 2016).

[57]

Prost ( ‍Prost, A. (2001) [1996]. Doce lecciones sobre la historia. Madrid: Cátedra-Universidad de Valencia.2001): 87-‍98.

[58]

Por ejemplo Anheim ( ‍Anheim, É. (2018). Le travail de l’histoire. Paris: Éditions de la Sorbonne.2018).

[59]

Por ejemplo Bray ( ‍Bray, M. (2018) [2017]. Antifa. El manual antifascista. Madrid: Capitán Swing.2018). Lo de «posfascistas», en Traverso ( ‍Traverso, E. (2018) [2017]. Las nuevas caras de la derecha. Conversaciones con Régis Meyran. Buenos Aires: Siglo xxi.2018).

[60]

Lefranc ( ‍Lefranc, G. (1965). Histoire du front populaire: 1934-‍1938. Paris: Payot.1965): 9.

[61]

Vigna et al. ( ‍Vigna, X., Vigreux, J. y Wolikow, S. (dirs.) (2006). Le pain, la paix, la liberté: Expériences et territoires du Front populaire. Paris: La Dispute-Éditions Sociales.2006): 9, y González Calleja y Navarro ( ‍González Calleja, E. y Navarro Comas, R. (eds.). (2011). La España del Frente Popular: política, sociedad, conflicto y cultura en la España de 1936. Granada: Comares.2011): xvi.

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